Una noche cargada de emotividad y simbolismo fue la del sábado en Goya. La plaza Mitre, congregó vecinos y turistas que disfrutaron de la propuesta que combinó la expresión teatral, el canto y la fe, depositada en el portador del mensaje de salvación y esperanza para la humanidad: el hijo de Dios hecho hombre, Jesús, nacido en la austeridad de un pesebre en Belén.
Navidad: tiempo de esperanza, se denominó la representación del pesebre viviente con una cantata navideña, iniciativa de la Catequesis de Confirmación de la iglesia Catedral, plasmada en expresión teatral por la Escuela de Teatro, con la coordinación de Javier Camino, el aporte de los textos del evangelio del párroco Ariel Giménez, la logística del sonido e iluminación de Cultura y el vestuario a cargo del área de Promoción Social.
El padre Giménez, se encargó de iluminar el momento, valoró el arte, y afirmó que «el mensaje auténtico de la Navidad es el nacimiento de Jesús, el regalo de Dios que se hizo hombre para traer los valores de la paz, la solidaridad, la unidad y fundamentalmente el valor de la vida». Invitó a todos en esta Navidad a abrir el corazón para permitir que Dios permanezca en cada uno y puedan celebrar en familia este acontecimiento trascendente para la humanidad.
La puesta en escena contó con la armonización de los textos del Evangelio, en el relato de los catequistas. A través de una narrativa que reflejó la lucha entre la oscuridad y la luz, se recrearon inicialmente sentimientos de dolor y pérdida, evocando situaciones actuales, como la desaparición de Loan Peña en Corrientes. También se abordaron temas como la ambición y el egoísmo, contrastándolos con los valores que encarna Jesús: la paz y la esperanza.
La escenificación avanzó con una conmovedora recreación del recorrido de José y María, desde el anuncio del embarazo hasta las adversidades que enfrentaron. La representación entrelazó hechos de la realidad con el relato bíblico, logrando una interpretación destacada por parte de los protagonistas. El momento cumbre llegó con el nacimiento del Niño Dios, generando una profunda emotividad cuando María y José presentaron al recién nacido al público. La ternura y la inocencia del acto dejaron un mensaje claro: la Navidad se vive en la sencillez, el amor y la unidad. El público, conmovido, se puso de pie para ovacionar a los actores.
La emoción se prolongó la noche del sábado con el espectáculo musical con un repertorio de ritmos populares, además de himnos como el Aleluya y emotivos villancicos.
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