La pornografía, muchas veces violenta y desinformante, está sustituyendo a la educación sexual en –por lo menos– un tercio de los adolescentes. Niños cada vez más chicos comienza a tener acceso. Mientras, el gobierno declara a la Educación Sexual Integral como su enemiga, los expertos abogan por su importancia como herramienta para contrarrestar estos fenómenos.