Una Supercopa de España en la que lo de menos fue la derrota ante el Real Madrid (3-0). El mallorquinismo está indignado por el acoso sufrido a la salida del estadio King Abdullah de Yeda (Arabia Saudí) en la noche del jueves. Burlas, faltas de respeto e incluso tocamientos de índole sexual fueron algunas de las situaciones que tuvieron que soportar con la excusa del fútbol.
“Soy la mujer de un jugador del Mallorca, espero que también se haga el mismo caso que si fuera de uno del Real Madrid”
Cristina Palavra
— Esposa de Dani Rodríguez
Cristina Palavra, la esposa del futbolista Dani Rodríguez, fue la primera que lo denunció públicamente, pero fueron muchas las voces que pusieron el grito en el cielo frente a una situación tan inesperada como frustrante. “Soy la mujer de un jugador del Mallorca, espero que también se haga el mismo caso que si fuera de uno del Real Madrid o del Barcelona, y que esto sirva para que todo el mundo pueda ir tranquilamente cuando se vaya a ver un partido de fútbol. La Federación Española tiene que dar seguridad a los aficionados porque pasamos miedo“, aseguró a la Cadena Ser visiblemente disgustada por lo vivido. De hecho, la propia RFEF se puso en contacto con ella a su llegada a Palma para recabar toda la información posible sobre lo sucedido.
“Iba con dos amigas a las que les tocaban el culo. Se reían de nosotros, nos señalaban, nos empujaban”
Sara Noguera
— Pareja de Morlanes
Sara Noguera, la compañera sentimental de Morlanes, también evidenció su enfado. “Iba con dos amigas a las que les tocaban el culo. Se reían de nosotros, nos señalaban, nos empujaban. Estaba alucinando. Fue como una locura. Era constante la burla. Era algo exagerado”, destacó.
La madre del central Copete, a su llegada a la isla, también lamentó los hechos. “Ha habido tocamientos a chicas, de hecho un amigo de Copete tuvo que darle un empujón a un saudí porque le había tocado el culete a una de las chicas“, resaltó, al igual que la progenitora de Abdón. “Se volvieron como medio locos y sufrías por tu salud. Yo no vi agresión sexual, pero sí muchas faltas de respeto y ninguna educación. Es una pena, no quiero imaginar si hubiéramos ganado, allí nos escabechan a todos. Fue una situación sin control, desordenada y la única señal que teníamos para seguir un camino era buscar a los de rojo entre tantos de blanco”, señaló resignada.
“No quiero imaginar si hubiéramos ganado, fue una situación sin control”
Isabel Bastidas
— Madre de Abdón Prats
Los abonados, muy críticos
Los abonados que viajaron a Arabia Saudí, gracias a la invitación del Mallorca tras el sorteo, también criticaron lo vivido. “Las mujeres sufrieron el peor papel. Les metían mano”, lamentó Miquel Llabrés (socio, 2.665). “Fue una experiencia terrible, de lo peor que he vivido. Solo piensas en llegar al bus y salir de ahí. Pasas entre los aficionados árabes del Real Madrid burlándose de ti, empujándote, gritándote ‘3-0, 3-0’ e intentándote quitar las bufandas. Fue súper agobiante“, relató.
Todo empezó a la salida del estadio. “Se reían de ti, te grababan y te fotografiaban a una distancia de un palmo. Hubo confrontación con alguno de ellos, hasta que alguien les dijo algo y se fueron avergonzados. Fue una falta de respeto total, sin ningún tipo de seguridad”, afirmó.
“Las mujeres sufrieron el peor papel porque les metían mano”
Miquel Llabrés
— Abonado 2.665 del Mallorca
Por su parte, Joan Miquel Balaguer (socio 896) no se lo podía creer. “Venía la gente grabándote por todas las partes a un palmo de la cara, incluso a los niños y a las niñas. También a las mujeres de los jugadores. Gritaban ‘Puta Mallorca’, escupían en el suelo… Había una falta de respeto total, aunque no teníamos una sensación de violencia física, pero sí de impotencia”, desveló.
“Fue un acoso. Yo no les vi tocar a las mujeres porque íbamos con mucha gente y solo pensábamos en quitárnoslos de la cara porque estaban a un palmo. Había momentos en que hubo gente a punto de perder los papeles. Había un padre con un niño que le estaban grabado y lo empujó porque era su hijo. Luego no podemos grabarlos a ellos sin consentimiento o en según qué lugares o hacer fotos sin consentimiento, pero ellos son los primeros que lo hacen. Sabían que nos estaban molestando y les daba igual. Había alguno de buen rollo, pero la mayoría gritaban ‘Puta Mallorca, Puta Mallorca’. Fue una experiencia desagradable y larga, fueron quince minutos en los que nos persiguieron más de doscientas personas hasta el autobús“, agregó Balaguer.