Tardan 48 horas en extraer del desagüe de la nave de Murcia los dos cadáveres encontrados: ya están en la morgue

La Guardia Civil descubría el miércoles por la noche restos humanos en la nave de Librilla (Murcia) donde desde el lunes se trataba de dar con el rastro de Jean Mirabeau Ngoho y Siaka Coulibaly, los dos hombres desaparecidos. Y 48 horas después, ya este viernes, lograba sacarlos de la especie de depósito en el que estaban, confirma el cuerpo.

Las labores para recuperar los cuerpos sin vida, encontrados en un agujero de aceite usado a dos metros de profundidad, se prolongaron tanto a fin de sacarlos en un estado que permita a los forenses hacer su trabajo en condiciones, esto es, que se pueda determinar la causa de la muerte.

Meses en el agujero

El estado de los cadáveres dificulta la labor de los profesionales: los restos se encuentran en avanzada descomposición, presumiblemente llevaban meses en ese agujero (desde mediados de diciembre, si se confirma que se trata de los africanos) y los corrosivos que había sobre ellos no ayudan a su conservación.

Hay tres formas de identificar a una persona que llega muerta a la morgue: el ADN, las huellas dactilares y la dentadura. Existen varias bases de datos de ADN en las cuales se pueden cotejar los resultados. En este caso, se comparará con las muestras de los hijos de ambos desaparecidos.

Palos, cal viva y sosa

Los restos estaban, como explicó este diario, dentro de una arqueta para echar el aceite usado de los coches. Los investigadores hallaron dos tapas, una de alcantarillado de metal y otra de plástico; entre las dos había una capa de agua. La alcantarilla tiene unos dos metros de profundidad. En el hoyo había mucha suciedad, palos, bolsas de cal viva y sosa cáustica. Se trataría de productos corrosivos con los que los sospechosos pretenderían hacer desaparecer los cadáveres.

Investigadores de la Benemérita, el lunes en la nave de Librilla donde se buscaba a los dos hombres desaparecidos. / JUAN CARLOS CAVAL

Dado lo estrecho del agujero del depósito en sí, los investigadores consideraron que había que perforar el hormigón y realizar una abertura al lado, a fin de contar con más espacio para poder acceder y recuperar los restos.

Antes, ya encontró sangre humana, como publicó en primicia La Opinión de Murcia y consta en un informe del Equipo Central de Inspección Ocular (ECIO) del Instituto Armado, cuerpo que mantenía tomada la sede de la firma, dedicada al transporte y a la compra y venta de ganado, para tratar de hallar un vestigio de qué pasó aquel 14 de diciembre, día en el que se esfuman los dos amigos africanos.

No abren la boca

Por su presunta relación con el doble crimen están en prisión provisional un septuagenario, entonces el encargado (no el propietario) de la firma Porkytrans en Librilla, y su sobrino. La esposa de este fue arrestada también y, tras pasar por el Juzgado de Guardia de Totana, quedó en libertad con cargos por encubrimiento.  

Cuando fueron puestos a disposición del Juzgado de Guardia de Totana, los dos hombres se acogieron a su derecho a no declarar.

La autopsia, clave

Será la autopsia la que releve cuál fue la causa de la muerte de las personas que han sido encontradas. La prioridad, identificarlas, aunque todos los indicios llevan a los investigadores a pensar que se trata de Jean Mirabeau Ngoho y Siaka Coulibaly, cuya pista se pierde en la nave.

Según fuentes cercanas al caso, las víctimas tenían antecedentes por, supuestamente, realizar estafas mediante el timo de los billetes tintados. Que fue, según se investiga, lo que habrían hecho con los empresarios, que, presuntamente, acabaron con sus vidas.