Quién es Robert Prevost, el cardenal elegido papa que se llamará León XIV?

Robert Francis Prevost Martínez, cardenal estadounidense nacido el 14 de septiembre de 1955 en Chicago, Illinois, es el nuevo Papa. Fue confirmado a las 13:08 (hora argentina) de este jueves, luego de dos días de Cónclave en el Vaticano y cuatro votaciones entre los cardenales. Es integrante de la Orden de San Agustín desde 1977 y fue ordenado sacerdote en 1982. En su larga trayectoria vivió durante décadas en Perú.

El nuevo pontífice tomó el nombre de León XIV, una referencia bastante directa a León XIII (1878-1903), que se presentó como el “papa obrero”, desarrollando la Doctrina Social de la Iglesia, cuyo objetivo esencial era impedir que la clase trabajadora se organizara en los partidos socialistas que se desarrollaban a fines del siglo XIX, en el marco de un fuerte proceso de organización de la clase trabajadora.

León XIII fue autor de la encíclica Rerum Novarum (1891), que defiende esta perspectiva de manera explícita, atacando el punto de vista socialista. Se señala allí que “no sólo la contratación del trabajo, sino también las relaciones comerciales de toda índole, se hallan sometidas al poder de unos pocos, hasta el punto de que un número sumamente reducido de opulentos y adinerados ha impuesto poco menos que el yugo de la esclavitud a una muchedumbre infinita de proletarios. Para solucionar este mal, los socialistas, atizando el odio de los indigentes contra los ricos, tratan de acabar con la propiedad privada de los bienes, estimando mejor que, en su lugar, todos los bienes sean comunes y administrados por las personas que rigen el municipio o gobiernan la nación. Creen que con este traslado de los bienes de los particulares a la comunidad, distribuyendo por igual las riquezas y el bienestar entre todos los ciudadanos, se podría curar el mal presente. Pero esta medida es tan inadecuada para resolver la contienda, que incluso llega a perjudicar a las propias clases obreras; y es, además, sumamente injusta, pues ejerce violencia contra los legítimos poseedores, altera la misión de la república y agita fundamentalmente a las naciones”.

Desde ese punto de vista, el nuevo Papa podría dar continuidad a los discursos sociales que marcaron el pontificado de Francisco. Como se ha analizado ya en este medio, la gestión de Jorge Bergoglio estuvo destinada a represtigiar a una Iglesia católica que estaba profundamente cuestionada por los numerosos casos de abuso sexual y por los escándalos financieros.

Precisamente, uno de los cuestionamientos más profundos a ese papado tiene que ver con la impunidad que siguió existiendo para los casos de abusos sexuales. Hacia el Cónclave de este 2025, las organizaciones que nuclean a las víctimas de esos abusos impulsaron la exigencia de una normativa de “tolerancia cero” ante estas aberraciones al mismo tiempo que denunciaban a los cardenales que estaban implicados en el encubrimiento de los casos. Entre los denunciados está el mismo Prevost, tanto en Estado Unidos como en Perú.

SNAP, la Red de Sobrevivientes de Abusos Sacerdotales con sede en Washington pero que nuclea a 26.000 víctimas de varios países, dijo este jueves: “Mientras se alza la humareda, SNAP reconoce la gravedad del papel que ahora asume el Papa León XIV. Este título conlleva un serio ajuste de cuentas”.

SNAP denunció a Prevost en el Vaticano el 25 de marzo de 2025. Hoy en una carta afirma: “Una vez fuimos hijos de la iglesia. El delincuente sexual con collar comete dos delitos: uno contra el cuerpo y otro contra la voz. El gran espectáculo en torno a su elección nos recuerda: los sobrevivientes no tienen el mismo peso en este mundo que ustedes”.

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Prevost, que estuvo en Perú hasta 2023, no fue un férreo opositor al golpe que tuvo lugar en diciembre de 2022 contra Pedro Castillo. Aunque hizo llamados genéricos a “la paz” y a “la reconciliación”, no denunció la brutal represión que se cobró numerosas víctimas. Es más, en enero 2023 junto a otros obispos se reunió cordialmente con la presidenta de facto Dina Boluarte, quien visitó la sede de la Conferencia Episcopal Peruana en busca de aliados.

Como buen discípulo de Bergoglio, aunque con un perfil menos disruptivo y más institucionalista, Prevost ha sabido mantener un equilibrio que, finalmente, le sirvió para convertirse en sumo pontífice. Representante de una organización político-religiosa de valores ultraconservadores y, a la vez, portavoz de un discurso que busca mostrar a esa institución comprometida con las víctimas de las injusticias sociales. Una postura de autopreservación característica de la Iglesia católica en tiempos de crisis, guerras y revoluciones.