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Cómo son los «ladrillos cósmicos» para construir las primeras viviendas en el planeta rojo


Un equipo de investigación, combinando diferentes materiales, creó una fórmula llamada StarCrete de gran resistencia.

La clave del éxito para colonizar planetas cercanos está en los pequeños detalles. Uno de los más importantes es qué materiales utilizar para construir las primeras viviendas. La respuesta a este interrogante es StarCrete, también llamado “ladrillo cósmico”.

El transporte de materiales de construcción terrícolas al planeta rojo es prácticamente inviable. La carga a bordo de las naves espaciales debe aprovecharse al máximo, por lo que llevar cemento en cantidades industriales no está en los planes de ninguna agencia espacial.

Un grupo de investigadores de la Universidad de Manchester hizo posible el hallazgo. El material que podría utilizarse para construir viviendas en Marte está hecho a base de polvo extraterrestre, fécula de papas y una pizca de sal.

En las pruebas, StarCrete mostró una resistencia a la compresión de más del doble que el hormigón ordinario, con una resistencia de 72 Megapascales (MPa). La firmeza aumentó aún más cuando se utilizó polvo lunar, alcanzando más de 91 MPa.

Press release for #StarCrete is out!! Check it out here: https://t.co/wNXVFGHrXF

— Aled D Roberts (@aleddeakin) March 16, 2023 En un artículo publicado en la revista Open Engineering, el equipo de investigadores demostró que la fécula de papa actúa como un aglutinante cuando se mezcla con polvo marciano, simulado para producir un material similar al hormigón.

«La futura construcción espacial deberá basarse en materiales simples que estén fácilmente disponibles para los astronautas», apunta la Universidad en un comunicado. Una línea de investigación ya explorada por otras instituciones que han visto en la tierra marciana el mejor material base de construcción por su gran disponibilidad superficial.

El equipo calcula que una bolsa (25 kg) de papas deshidratadas (chips) contiene suficiente almidón para producir casi media tonelada de StarCrete, lo que equivale a más de 213 ladrillos de material.

En comparación, para construir una casa de 3 dormitorios se necesitan unos 7.500 bloques. Además, descubrieron que una sal común, el cloruro de magnesio, que se puede obtener de la superficie marciana o de las lágrimas de los astronautas, mejoraba significativamente la resistencia de StarCrete.

Viviendas a base de sangre

StarCrete, también llamado

StarCrete, también llamado «hormigón cósmico».
Esta fórmula supera a la mezcla previa, en el que utilizaron sangre y orina de los astronautas como adhesivo. Aunque el material resultante tenía una resistencia a la compresión de unos 40 MPa, mejor que el hormigón normal, el proceso tenía el inconveniente de necesitar sangre con regularidad.

«Dado que producimos almidón como alimento para los astronautas, tenía sentido verlo como un agente aglutinante en lugar de la sangre humana», ha declarado el doctor Aled Roberts, participante en la investigación.

«Además, es probable que los astronautas no quieran vivir en casas hechas de costras y orina», razona Aled Roberts, investigador del Future Biomanufacturing Research Hub de la Universidad de Manchester e investigador principal de este proyecto.

Las próximas etapas de este proyecto consisten en trasladar StarCrete del laboratorio a la aplicación. El Dr. Roberts y su equipo han creado recientemente una nueva empresa, DeakinBio, que está estudiando formas de mejorar StarCrete para que pueda utilizarse también en un entorno terrestre.

Además, StarCrete, si se aplica en nuestro planeta, podría ofrecer una alternativa más ecológica. El cemento y el hormigón representan alrededor del 8% de las emisiones mundiales de CO2, ya que el proceso por el que se fabrican requiere temperaturas de cocción y cantidades de energía muy elevadas.

En cambio, StarCrete puede fabricarse en un horno normal o en un microondas a temperaturas normales de «cocción casera», por lo que ofrece costes energéticos de producción reducidos.