El domingo 30 de abril, votaron en Mendoza en siete municipios que adelantaron las elecciones al calendario electoral de la provincia.
En los comicios 441.956 personas o sea el 29,62% del padrón provincial, estaba habilitado para votar. Concurrió el 63,87%, en consecuencia, el 36,13% no se presentó a votar, en el debut de la Boleta Única Papel (BUP).
Los votos anulados representaron el 7,14% del total de sufragios emitidos, el voto en blanco fue del 2,92%. El porcentaje, entre voto nulo y voto en blanco, se incrementa en un 10,06% entre quienes fueron a votar, pero rechazaron la oferta electoral, o bien, desconocían el sistema.
Si se suma quienes no fueron a votar, más el voto nulo y el voto en blanco, el 46,19% del padrón habilitado se expresó en contra de los partidos-frentes o candidatos/as. ¿Desconocimiento de la nueva forma de votar? ¿desidia? ¿hartazgo ante la falta de respuesta de los gobiernos a las problemáticas básicas? ¿voto bronca?
Es lo que la política debiera estar indagando, en lugar de todos atribuirse haber ganado, unos porque sacaron más votos, otros porque quedaron cerca en algunas comunas. La realidad es que, a la alarmante cifra del 46 por ciento de los mendocinos habilitados a sufragar, no le interesó la elección o desconocía cómo votar.
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Sergio Bruni, director de Designio consultora, se refiere en su columna a las elecciones en Mendoza y el uso del a boleta única.
Alertamos en marzo pasado, que el 65 por ciento de los habitantes de las seis comunas del gran Mendoza, desconocía el nuevo sistema de votación. La Boleta Única Papel es un salto de calidad, nadie podría dudar que es un sistema virtuoso, implica un ahorro importante al no tener que emitirse millones de boletas papel, simplifica la votación y agiliza el resultado final del escrutinio. Sin embargo, sin información adecuada a los votantes, sin concientizar sobre un nuevo sistema luego de 40 años, obligación que recae sobre el gobierno principalmente, se transforma en un sistema que no conforma al votante, incluso puede alterar la voluntad popular por desconocimiento del nuevo sistema.
Pensar que, llegado el día de la votación sin información, los votantes mágicamente iban a aprender como se vota con el sistema BUP el día de los comicios, es una apreciación que, además de errónea, desconoce el humor social.
Estos nuevos fenómenos -escasa participación ciudadana- que sucedieron en las elecciones del domingo, advierten que estamos ante un escenario de “puerta de entrada” a la ruptura o desconexión de la gente con de los tradicionales partidos o frentes políticos conocidos.
Faltan propuestas. Sobran agravios. Pierde siempre la ciudadanía.
* El autor es director de Designio consultora.