El apagón estadístico se extendió entre 2007 y 2015 y afectó a la inflación, la pobreza y el PBI.
03/05/2023 19:11
Clarín.com Economía Actualizado al 03/05/2023 19:11
Entre 2007 y 2015, el INDEC fue víctima del «apagón estadístico» dispuesto por el kirchnerismo para manipular las estadísticas y pintar una economía diferente a la que enfrentaban los bolsillos.
El Indice de Precios al Consumidor (IPC) fue el primero en ser toqueteado. Con Guillermo Moreno al frente de la Secretaría de Comercio, en el último año del gobierno de Néstor Kirchner y con Alberto Fernández como Jefe de Gabinete, se intervino al organismo.
Según el INDEC de entonces, la inflación de 2007 fue de 8,7%, la más baja en cuatro años para las estadísticas oficiales. Esta manipulación hizo que surgieran mediciones alternativas de parte de las consultoras que marcaban entre 16 y 18% para ese año.
La alteración de las estadísticas se profundizó en las dos presidencias de Cristina Kirchner. En 2011, la oposición puso en marcha el IPC/Congreso que buscaba medir mes a mes la inflación.
El ocultamiento de la inflación derivó en una subestimación de la pobreza. Como este indicador depende del costo de la canasta básica, al mostrar precios más bajos que los reales, cada año parecía haber menos pobres. Así se llegó a las celebre declaración del entonces jefe de Gabinete Aníbal Fernández, asegurando que con un registro del 5%, en Argentina había menos pobres que en Alemania.
El papelón mayor llegó en 2013, cuando el entonces ministro de Economía Axel Kicillof dio de baja la medición oficial de pobreza con el argumento de que «medir la pobreza es estigmatizante».
En paralelo, el otro gran dibujo del INDEC se dio en torno la medición del PBI. Tras la renegociación de la deuda del primer kirchnerismo se les ofreció a los bonistas un «endulzante»: el país les pagaría un adicional cada año en el que el producto bruto creciera más del 3,2%.
Entre 2005 y 2011 -con excepción del 2009 por la sequía y la crisis financiera global- Argentina crecía fuerte y pagaba ese cupón. Pero esto cambió en 2012.
En marzo de 2014 Kicillof anunció que el crecimiento económico de 2013 había sido de 3%, inferior al 3,2% necesario para que se pague el cupón. Los acreedores no se quedaron quietos y denunciaron penalmente al país. En febrero de este año Argentina perdió una demanda en el Tribunal Superior de Londres presentada por cuatro fondos de inversión.
La justicia londinense dictaminó que el país debía pagar US$ 1.500 millones por esta manipulación. Argentina apeló y aún no se hizo el pago. Así, pese a que el INDEC se normalizó en 2016 y hasta hoy no hay dudas sobre su credibilidad, la sombra del apagón estadístico sigue pegando sobre la economía.
AQ