Pero hoy día, ya habiéndose inmunizado la mayoría de la población «de riesgo», me pregunto: ¿Y que pasa con los chicos?
A un poco más de tres años de la pandemia que nos puso en jaque individual y socialmente, aun quedan resabios, y uno de ellos es la persistencia de las consecuencias de los contagios, pero que hoy sabemos afecta también a los mas chicos. Y que se puede reducir drásticamente con la vacunación, que es sin duda Pilar fundamental de la atención primaria de la Salud.
La mayoría de los niños y adolescentes que dan positivo de COVID-19 tienen síntomas leves o incluso no presentan síntomas. Pero está ocurriendo que algunos experimentan síntomas o secuelas posteriores, esta afección se la conoce a menudo como «COVID persistente», «COVID de larga duración» o «COVID largo».
Como Estado, es una responsabilidad asegurar la vacunación en su accesibilidad, su universalidad y equidad.
La vacunación es un derecho, tener dudas, y hacer preguntas, es parte del proceso. Si sos madre o padre, y tenés un menor de edad, acércate a un Centro de Salud, sacate las dudas, y asegurale a esa niñez salud para seguir creciendo.
(*) Luis Obeid. Médico. Diputado provincial.