La rivalidad de Niki Lauda y James Hunt en la Fórmula 1 fue tan icónica que se transformó en película cuando en 2013 se estrenó Rush. A lo largo de esa histórica temporada 1976, marcada por el accidente del austríaco en Nürburgring y el título del inglés bajo una lluvia torrencial en Japón, la lucha por el campeonato fue feroz entre Ferrari y McLaren. Y la mayor polémica entre las escuderías se dio en el Gran Premio de España, la carrera que Hunt ganó dos veces.
La historia comenzó antes de ese 2 de mayo en el que se disputó la cuarta prueba puntuable del Mundial. Durante el año anterior, el McLaren M23 había sido tomado como molde por la FIA porque, al ser el monoplaza más ancho de la parrilla, sus medidas serían la base para el nuevo reglamento que iba a comenzar a regir en el GP de España de 1976.
El equipo que había logrado su primer título en 1974 reemplazó a su piloto estrella Emerson Fittipaldi, que se había ido a cumplir el sueño del equipo propio (Copersucar), con Hunt, quien había llegado a la F1 en 1973 de la mano de Lord Alexander Hesketh -cuya inversión en la F1 culminó en 1975- y convenció a sus compatriotas para reemplazar al brasileño.
A los 28 años, su objetivo era pelearle de igual a igual a un viejo enemigo de la Fórmula 3, Niki Lauda, quien después de un año en BRM había sido contratado por Ferrari en 1974 y era el campeón reinante.
Sin embargo, 1976 había comenzado con un dominio aplastante del Cavallino Rampante (el austríaco ganó las primeras carreras, en Brasil y Sudáfrica, y Clay Regazzoni la restante en Estados Unidos) y dos abandonos del inglés en el McLaren, que solo había puntuado con el segundo puesto en el circuito Kyalami.
Pero la cuarta prueba llegaba con novedades. El 2 de mayo de 1976, un artículo de Clarín señalaba que, además de destacarse el debut del Tyrrell de seis ruedas, «casi todos los autos» habían tenido que «modificar sus estructuras debido a las variantes reglamentarias, en cuanto a sus dimensiones, alerones, tomas de aire, etcétera».
Las nuevas disposiciones técnicas parecían caerle muy bien al McLaren en el Circuito Permanente del Jarama, ya que Hunt lograba la pole, delante de Lauda y la nueva Ferrari 312-T2.
«Primero Hunt, pero ganó Lauda»
En Ferrari ya se hablaba de reemplazarlo con Maurizio Flammini, de la F2, cuando el campeón le respondió a La Gazzetta dello Sport: «Los italianos solo son buenos para girar alrededor de la iglesia».
Los calmantes lo ayudaron a subirse a su Ferrari y quedar detrás de Hunt en la clasificación. Incluso, largó mejor y pegó primero en la carrera, al sobrepasar al inglés en la primera curva del trazado español.
Los autos con la publicidad de Marlboro y los números 1 y 11 pintados en el morro mantuvieron ese 1-2 por 32 vueltas. Fue cuando los medicamentos dejaron de hacerle efecto a Lauda.
Sin poder resistir los embates de Hunt, el austríaco dejó pasar al McLaren del inglés y también al de Jochen Mass, que luego abandonaría por una falla en el motor. El de Ferrari recuperó así el segundo puesto aunque terminó a más de 30 segundos de su rival por el título.
Tras ver la bandera a cuadros, el inglés se subió al podio y festejó su primera victoria en el campeonato con McLaren. Pero en el paddock el rumor de que su monoplaza tenía irregularidades corría más rápido que los autos en la pista.
Hunt se fue derrotado de Madrid y Lauda como vencedor. Pero McLaren no aceptaría la sentencia y recurriría la sanción ante la FIA, ya que no solo el desfase había sido mínimo -la diferencia era de menos de un centímetro a cada lado y el coche medía 216.8 mm en lugar de los 215 mm obligatorios– sino que también lo atribuía al nuevo neumático introducido por Goodyear, ya que el fabricante había pasado de una construcción transversal a una radial, lo que provocaba que las gomas presentaran un bulto.
El veredicto, dos meses después
Después de la victoria en el escritorio, Lauda se impuso en Bélgica y Mónaco, donde Hunt solo sumó abandonos. Títulos como «Acaricia otra corona» o «No se cansa de ganar» se acumulaban en los periódicos anticipando una nueva coronación del campeón reinante de la Fórmula 1, que al cabo de seis pruebas tenía 51 puntos y su máximo perseguidor era su compañero en Ferrari, Regazzoni, a 15.
«Como se recordará, el piloto inglés fue descalificado tras imponerse en la competencia de Fórmula 1, otorgándosele en consecuencia la victoria al austríaco Niki Lauda. La medida fue tomada luego de que funcionarios españoles descubrieron que el alerón trasero del McLaren conducido por James Hunt era un centímetro y medio más ancho del aceptado por las nuevas reglas», agregaba.
La decisión, sin dudas, influyó en un campeonato que parecía decantarse a favor de Lauda, antes de que sufriera el impactante accidente que casi le cuesta la vida el 1° de agosto en Alemania. Con esos puntos, el austríaco bajó de 55 a 52 en la cima del Mundial, mientras que Hunt sumó 26 contra los 17 que tenía antes de la decisión del tribunal en París y pasó del cuarto al segundo lugar.
Hunt festejó lo logrado en el escritorio de la mejor manera: en la pista de la siguiente carrera, en Brands Hatch. Allí se transformó en el primer ganador inglés del GP local desde Peter Collins en 1958 -en el medio lo ganaron los escoces Jim Clark y Jackie Stewart-, pero el nacido en Sutton recibió un duro revés cuando fue descalificado y la victoria pasó -una vez más aunque sin marcha atrás- a las manos de Lauda.
El 12 de septiembre, 40 días después de la última carrera compartida, se reencontraron en Monza y batallaron hasta el final de la temporada, cuando Lauda se bajó de la Ferrari el 24 de octubre tras correr dos vueltas del Gran Premio de Japón. Bajo una lluvia torrencial, Hunt llegó tercero a una vuelta de Mario Andretti y le alcanzó para ser campeón del mundo por un punto.