Fue en Bernardo de Irigoyen, Misiones. Lindomar de Oliveira Cunha (40) se dedicaba a la venta de vinos y al cambio informal de moneda extranjera.
Otro caso de sicariato sacudió a la localidad misionera de Bernardo de Irigoyen, en la frontera con Brasil. Dos hombres en moto ejecutaron de cuatro balazos a Lindomar de Oliveira Cunha (40), un hombre se que se dedicaba al cambio informal de moneda extranjera y a la venta de vinos argentinos que tenían como destino el mercado del vecino país.
El crimen se registró este miércoles a las 17.50. Lindomar estaba dentro de su Toyota Corolla, frente a un bar, cuando los asesinos llegaron a bordo de una Honda Titán negra, se colocaron junto a la ventanilla y luego de algunas palabras, le dispararon en la cabeza y el pecho a la víctima.
De Oliveira Cunha vivía en la localidad de Dos Hermanas pero su actividad comercial estaba centrada en Bernardo de Irigoyen, donde se dedicaba al cambio de divisas, y en forma paralela había montado un negocio para la venta de costosos vinos argentinos que tenían como destino el cada vez más demandante mercado brasileño.
La víctima se había estacionado frente al bar “Chingo”, a 50 metros del límite internacional -en esa zona hay frontera seca con Brasil-, y pocos minutos después arribaron los sicarios. Fueron cuatro los disparos que hicieron: todos dieron en el comerciante, que murió antes de recibir atención médica.
Los disparos agrupados en la cabeza y el cuello marcan la profesionalidad del tirador. Una característica que se repitió en al menos cinco crímenes similares que ocurrieron en Irigoyen en los últimos dos años.
Disparos previos
Los investigadores no tardaron en descubrir que hace un mes De Oliveira Cunha había sido denunciado por un hecho de lesiones en Dos Hermanas. A principios de abril pasado, un hombre de 57 años contó que el comerciante le disparó en el hombro tras una discusión. Los investigadores dijeron que por el momento no existe ningún vinculo entre los hechos.
El de este miércoles no es el primer caso de sicariato en Bernardo de Irigoyen. A fines de diciembre pasado, también en el barrio Provincias Unidas, fue asesinada de cinco balazos la docente Carla Betina De Olivera (37), quien se hallaba en un Renault Sandero Stepway junto a su marido, Ismael Sergio Batista Camargo (42), también vinculado al cambio de divisas extranjeras.
Los investigadores nunca pudieron establecer con certeza si los balazos eran para la mujer o para Batista Camargo, que sólo sufrió heridas leves en el ataque. Tal como ocurrió este miércoles, los asesinos eran dos, se movilizaban en una moto y huyeron a Brasil.
Unos meses antes, en septiembre, un sicario mató de ocho balazos a Sebastián Fernández Da Rosa, alias “Chany”, de 42 años, quien se dedicaba al comercio y era integrante de la comisión directiva de los Bomberos Voluntarios de Bernardo de Irigoyen.
Fernández Da Rosa fue atacado pocos minutos después que abriera su depósito de mercaderías, sobre la avenida Tránsito Pesado y calle Saltos del Moconá, a pocos metros del paso internacional.
Los crímenes por encargo empezaron en 2021. Primero fue un abogado que intentaba incursionar en la venta de vinos; y luego otro comerciante al que le dispararon cuando se detuvo en un semáforo.
También deben sumarse otros asesinatos que están vinculados al contrabando: los de Ariel Camargo de Lara (19) y Diego Rafael Pimentel (31); y la misteriosa desaparición de Maximiliano Pimentel (24), en abril del año pasado.
EMJ