«Hay temas por los cuales nos sugirieron suspender el viaje», sorprendió el domingo a la noche Javier Milei en una entrevista con TN en la que confirmó que no asistirá a la apertura de los Juegos Olímpicos de París el 26 de julio. Si bien en Casa Rosada fundamentan la medida en el nuevo escenario electoral que expuso la derrota parlamentaria del partido del premier francés Emmanuel Macron y la victoria de la derechista Marine Le pen, en los hechos el Presidente hubiera tenido que alquilar un costoso chárter privado para completar la travesía porque el ARG-01 quedó «en tierra» el miércoles pasado al vencerse su permiso de aeronavegación.
Es que sorpresivamente la Secretaría General de la Presidencia dejó caer 2 licitaciones, la primera en marzo y la última hace unos 10 días, para cumplimentar el oneroso chequeo que le legó la administración de Alberto Fernández: se trata de una inspección mayor y una adaptación de su sistema satelital, denominada «1C Check», de casi 3 millones de dólares del Boeing 757-256.
Pero la suspensión de la última compulsa despertó algunas críticas por la supuesta «desprolijidad» por la que fue desafectada la empresa «Commercial jet» que había sido pre-elegida para hacer efectiva la tarea. Incluso un referente de la firma norteamericana habría enviado «un mail» a las autoridades argentinas para conocer los motivos de la inesperada cancelación cuando tenía reservado un «slot» en el taller para cumplimentar las obras, según fuentes del sector aeronáutico consultadas, que apuntaron a la actual titular de la Dirección General de Logística, Florencia Gastaldi, como responsable de la frustrada operación.
La cuestión es que la aeronave no puede volar desde el 26 de junio pasado cuando caducaron las sucesivas extensiones que le habían autorizado los organismos internacionales de aeronavegación. De hecho, ahora Logística deberá pedirle un plan de «mantenimiento» (Preservado) a la Boeing para el avión presidencial y analizar si convoca a una nueva licitación o, como ha trascendido en las últimas horas, realizar una adjudicación directa para realizar la mentada inspección. «En principio el avión no puede volar salvo que sea un ferry de taller solamente», indicó una fuente oficial consultada.
Si bien se trata de una reparación costosa, no es menos oneroso el alquiler de vuelos privados para cumplimentar la febril agenda internacional que viene manteniendo el Presidente. En noviembre de 2022, por ejemplo, el gobierno de Alberto Fernández gastó casi un millón de dólares para solventar una gira por Indonesia, París y Madrid, con una unidad de Aerolíneas Argentinas que, en teoría, resultaba más barata que la contratación de un chárter.
Cerca de la secretaria general de la Presidencia, en tanto, apuntan que la «inspección» del avión presidencial se va a realizar pero hoy no hay plazos. Este sábado Milei debería viajar en el Tango 11 (un Learjet 60) al balneario brasileño de Camboriú, adonde fue invitado por Jair Bolsonaro a participar de la Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC). Pero fuentes oficiales argumentaron que lo más probable es que se traslade en una aeronave de la Fuerza Aérea.
Se trata de un convenio singular porque viene demorado el anunciado traspaso de la flota presidencial a la fuerza comandada por el brigadier mayor Fernando Luis Mengo. El estrecho colaborador de Karina Milei consultado adujo que lo más probable es que se haga una transferencia parcial, es decir, de los helicópteros Sikorsky y del Tango 04 (Boeing 737); este último se encuentra alojado en la base de El Palomar. «Hay diferencias presupuestarias», que han dificultado la operación, reconocen en Casa Rosada.
Es que la cúpula militar pretendía que el traspaso se haga con el presupuesto de mantenimiento de cada unidad. El uso que ha hecho el propio Milei del ARG-01 y de unidades de menor envergadura, además, han llevado a las autoridades de la Secretaría General a replantear el posible acuerdo.
El avión presidencial ARG-01 tiene que entrar a reparación obligatoria.