Juan Pablo Juárez anda con el sueño cambiado. Hace una semana volvió de Australia donde ha brillado como las medallas que luce y que nunca va a soltar durante la entrevista con Ana Pedraza. “Sí, me ha costado volver a adaptarme. El cuerpo no se ha equilibrado, cuesta la adaptación, el sueño, el organismo. Ya son 24 medallas de oro y dos de plata en diez Mundiales. Pero las medallas andan por ahí, guardadas en mi mente, en el sentimiento, pensamientos que conservo para esos días que necesitamos un estímulo. La vida nos da y nos quita, cuando más necesitamos un estímulo, ahí aparecen”.
Así habla el gran atleta tucumano, uno de los más importante de la historia del deporte argentino, sin lugar a dudas, el que ha pegado el primer pique en Simoca y nunca más paró sea la meta que sea en el lugar del mundo que sea. Pero es de las metas personales que Juan Pablo quiere hablar en esta clase magistral, de vida, que ha logrado el deportista: ¿cómo hacer para estar bien? ¿Cómo vencer los propios obstáculos? ¿Cómo salir de la cama? ¿Cómo vencer al cansancio, al hastío, al vacío que muchas veces nos gobierna?
“Si estuve bien, ¿por qué no voy a volver a estarlo? Yo estuve en coma, tuve cáncer, covid, dengue y nunca perdí el entusiasmo. Antes del trasplante de médula solía correr profesionalmente. Estuve 17 años corriendo a nivel profesional, después del trasplante creí que se terminaba la carrera deportiva, pero por Víctor Frías seguí adelante. Empecé en 2001 y desde ahí no he parado. Cada dos años participé de un Mundial. Y sigo”, cuenta Juan Pablo. Y sabe de lo que habla.
“Si al cuerpo le damos el tiempo que necesita, se recupera. Hoy estoy al 100% siempre y cuando le doy el descanso adecuado, el alimento adecuado, el movimiento acorde, todo funciona. Ahora sé hasta cuánto tengo de batería tengo en el cuerpo, el desequilibrio emocional acorde a lo que hago, todo lo sé. El organismo se tiene que mover porque el cansancio engorda. Hay que controlar el corazón, la sangre, no hay que exigirse de más”, dice Juárez.
Y en estos tiempos donde tantas veces corremos sin saber bien por qué, se pregunta: “¿No quieren sentir el placer del descanso? ¿De parar y detenerse? Para eso Dios nos ha dado una máquina completa: el pensamiento, el sentimiento y la razón de ser. Hay que buscar el equilibrio para estar bien. Tienen que buscar querer estar bien. Después organizarse. Primero dos veces a la semana, después tres, tener conducta. Empezando por ahí, la organización y conducta lo va a llevar. Hay que estar en el lugar donde queremos estar y así se va a ir generando una conducta. Luego va a ser fácil, la motivación sola viene. Estoy los lunes, miércoles y viernes en Simoca y los martes y jueves en La Pérgola del Parque 9 de Julio. El que quiera estar que vaya, tenga el problema que tenga. Los espero”.