La estrategia de confrontación de la oposición legislativa al peronismo pampeano llevó a la paralización de la Cámara de Diputados. Esta herramienta sirve para disputarle la agenda parlamentaria al PJ y darle el debate, pero también tiene costos políticos para los legisladores que “no trabajan” y que casi no han aprobado leyes (ni propias ni del gobierno) durante este período.
El choque entre el bloque del Frejupa y los otros tres bloques por el aporte solidario impulsado por el gobernador Sergio Ziliotto llevó en la última sesión a que los opositores se plantaran y que no dieran quorum para que no se aprobara. Una disputa política pero también ideológica en torno al proyecto gubernamental. La estrategia no es nueva: en marzo ya habían recurrido a vaciar el recinto cuando discutían la composición de las comisiones.
Ahora, durante julio con el receso de invierno, seguramente no habrá sesiones trasladando el debate un mes más. A esto se suma las dilaciones para tratar la ley y luego a la sesión fallida al no presentarse la oposición.
La oposición, conformada por los bloques de la UCR, el PRO y Comunidad Organizada, plantea una estrategia común frente al peronismo, lo que no significa que tengan diferentes miradas que se condicionan unas con otras para sostener el acuerdo. Por ejemplo, los radicales entienden que hay que dar el debate sobre el proyecto del aporte solidario, que finalmente será aprobado con el voto de desempate de la vicegobernadora Alicia Mayoral. De esta manera, se vota en contra y que el peronismo pague el costo político de crear un nuevo impuesto.
Sin embargo, los legisladores de CO presionaron al presidente del bloque radical, Hipólito Altolaguirre, para sostener una postura de máxima y trabar el debate en el recinto con la amenaza de romper el acuerdo y quedarse solamente en la alianza con el PRO.
La fallida sesión para discutir el aporte fue uno más de los rounds del enfrentamiento que plantea la oposición al peronismo por el manejo de la agenda parlamentaria.
La postura de no dar quorum con la unidad de los bloques opositores que cuentan con 15 diputados sobre 30 es efectiva y legal, dentro del juego político y legislativo, para frenar cualquier ley del Ejecutivo, pero también termina trabando el tratamiento de otros proyectos. Hasta los propios, de hecho casi no se ha aprobado ninguna ley desde diciembre.
Además, se analiza desde algunos sectores del radicalismo y del PRO que también es una estrategia de alcance limitado y que tiene sus peligros. Aunque se dilate la convocatoria a sesión, las leyes como el aporte finalmente se van a aprobar y mientras tanto los diputados opositores pueden pagar el costo político de “no trabajar”. La sociedad, que es crítica al trabajo en los ámbitos legislativos (pasa con el Congreso) puede repudiar el hecho de mantener cerrada la Cámara con el único objetivo de impedir el debate de una ley.