Luego de la firma del Pacto de Mayo, el presidente Javier Milei habló en cadena nacional y señaló que la Argentina “se encuentra en un punto de inflexión”.
“Argentina se encuentra en un punto de inflexión, los puntos de quiebre de una nación no son momentos de paz y tranquilidad, son momentos de dificultad y conflicto donde todo parece cuesta arriba. Son momentos en donde el abismo se hace tan claro que el cambio se convierte en una obligación y una urgencia”, remarcó.
Y agregó: “La conquista de esa dificultad ocurre porque quienes ocupan lugares de liderazgo tienen la valentía de ser más grandes que ellos mismos, hacer a un lado los egoísmos y realizar sacrificios para emprender juntos un rumbo común. Así es como se escribe grande la historia de los países”
“Gracias a la visión y el coraje de aquellos líderes, logramos adoptar una carta magna común, establecer las bases sobre las que construiríamos el nuevo orden y constituirnos como nación y lo hicimos tomando como faro las ideas liberales, de nuestro máximo pensador nacional: Juan Bautista Alberdi”, continuó.
“Hoy esa Argentina grande que alguna vez fuimos parece un sueño lejano. Después de un siglo de paulatina caída en la miseria nos hemos olvidado como sociedad de nuestro pasado próspero y de las ideas que lo hicieron posible”, destacó.
Javier Milei hizo mención en su discurso sobre la ausencia de algunos nombres fuertes de la política y el mundo sindical.
“A pesar de haber sido una demanda histórica de la dirigencia política y la sociedad, la posibilidad de sentarnos en una mesa a establecer pautas comunes y transversales a todas las fuerzas políticas pareció siempre una quimera en las últimas décadas. Por eso quiero agradecerles a todos los presentes por haberse congregado aquí en la Casa Histórica de nuestra Independencia después de décadas de pendular entre proyectos antagónicos que nos han hecho cada vez más pobres. Hoy nos reunimos para renovar nuestros votos patrióticos y firmar el Pacto de Mayo”, dijo.
Y apuntó: “El pueblo argentino el año pasado le exigió a la dirigencia política un cambio profundo de dirección. Que esto sea posible hoy después de tanta división es sin dudas el símbolo de un cambio de época. Ya lo hemos dicho, nosotros no miramos para atrás, no mantenemos rencores, creemos que lo único que tiene que hacer la política es discutir ideas y llevarlas a la realidad, no impugnar al adversario por cuestiones personales, perseguirlo por pensar distinto y vivir en una inquisición permanente”.
“Creemos que el desafío que enfrenta la Argentina hoy es demasiado grande y la promesa de un futuro mejor demasiado valiosa como para permitir que mezquindades o trifulcas del pasado nublen este camino. No obstante, hay muchos dirigentes políticos, sociales y sindicales que no están aquí para suscribir esta acta fundamental; en algunos casos porque sus anteojeras ideológicas los hacen desconocer la raíz del fracaso argentino, en otros casos por miedo o vergüenza de haber persistido en el error por tanto tiempo”, añadió.
El mandatario apuntó contra quienes no quieren “ceder los privilegios que el viejo orden brindaba”. En ese sentido, subrayó: “No es casualidad que entre estos últimos se encuentren quienes intentan boicotear a este gobierno y conspiran para que fracase. Son adictos al sistema porque sus intereses personales son diametralmente opuestos al del común de la gente, y saben, aunque no lo admitan, que ellos progresan a costa de que al conjunto de los argentinos les vaya cada vez peor”.
“Nosotros estamos convencidos que inclusive aquellos que hoy desoyen el reclamo de la sociedad pueden volver en el futuro a la senda argentina y encontrar la redención, nos encontrarán aquí, defendiendo las mismas ideas que ratificamos hoy y les daremos la bienvenida con brazos abiertos. Todo hombre es capaz de redimirse, no rechazaremos a nadie que quiera aportar a la construcción del cambio que el país tan desesperadamente necesita. A nadie. No importa de qué partido provenga, con quién haya estado, dónde haya militado ni qué haya hecho, siempre y cuando haya obrado dentro de la ley. Lo único que importa es que abrace y quiera contribuir a los pilares fundamentales sobre los cuales vamos a erigir la nueva Argentina”, agregó.
El presidente destacó una serie de puntos que buscará mejorar a partir de la “segunda fase” de su gestión que comenzó tras la aprobación de la Ley Bases. “Construir el país próspero y pujante que queremos llevará tiempo y esfuerzo titánico de parte de todos los presentes y del común de la sociedad, pero si tenemos una visión clara del rumbo y nos mancomunamos en torno a un conjunto de principios y objetivos no negociables llegaremos a puerto más pronto que tarde”, dijo el mandatario.
“Un compromiso con la inviolabilidad de la propiedad privada. Cada cual sabe cuánto costo conseguir lo que uno tiene, cada elección que uno toma implica miles de renuncias. Por eso cuando el político confisca a través de impuestos el fruto del trabajo del individuo, le está confiscando su tiempo, su sacrificio y su libertad. La defensa de la libertad no se trata solo de un derecho, sino de la fórmula para el crecimiento económico”, remarcó.
El jefe de estado enfatizó, con un mensaje claro tras la llegada de Sturzenegger al Gobierno, que “los argentinos saben mejor que hacer con lo suyo que el Gobierno, no necesita que un burócrata les diga qué producir, con quién comerciar, a quién contratar. Cuánto mas libre es un pueblo, más rico se vuelve. Por eso desde el Gobierno perseguiremos una agresiva agenda de desregulación en todos los órdenes de la actividad económica”.
“El equilibrio fiscal es innegociable. Necesitamos estar de acuerdo en que el déficit fiscal crónico es el huevo de la serpiente de la decadencia argentina. Es el origen último de todos los problemas que ha tenido nuestra economía en los últimos 100 años. Estamos asumiendo un compromiso innegociable con el sentido común: no se puede gastar más de lo que entra”, indicó Milei.
Y agregó: “Les prometo que vamos a vivir en un país sin inflación por el resto de nuestros días. Vivimos bajo un régimen inflacionario hace tantos años que nos hemos acostumbrado. Es vivir en la cárcel del eterno presente”.
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