Previo al inicio de la feria judicial de invierno, en el debate oral en el que se juzga a los tres jóvenes acusados de haber intentado asesinar a Cristina Kirchner, comenzaron las declaraciones testimoniales. El Tribunal Oral Federal 6 (TOF 6), responsable de llevar adelante el juicio con la intervención de la fiscal general Gabriela Baigún, escuchó el testimonio de un grupo de militantes que estuvieron el 1 de septiembre afuera de la casa de la ex vicepresidenta, y redujeron a Fernando Sabag Montiel luego de que él gatillara una pistola frente a la expresidenta. El sonido del arma, las corridas y el lugar de la seguridad, fueron parte de lo que se reconstruyó durante la audiencia.
El TOF 6 integrado por Sabrina Namer, Adrián Grünberg e Ignacio Fornari, aceptó convocar a los 230 testigos requeridos por el Ministerio Público Fiscal. Entre ellos está el jefe de la custodia de la ex vice, Diego Carbone, como también sus secretarios privados que estaban ese día acompañándola.
En el banquillo hay tres personas: Fernando Sabag Montiel, su novia Brenda Uliarte y Nicolás Carrizo,señalado como el “jefe de los Copitos. Todos están acusados por tentativa de homicidio agravado por el uso de arma de fuego y la premeditación del hecho.
Para reconstruir el instante en el que Sabag Montiel se acercó a la ex vice, apuntándole con un arma de fuego a tan sólo quince centímetros de la cabeza, este miércoles se escuchó el testimonio de Guillermo García, una de las personas que redujo al atacante de Kirchner.
«Puse el pie arriba del arma y llamé a la custodia para que se acerquen», dijo García. Recordó a uno de los responsables del resguardo de la ex vicepresidenta, que inmediatamente se acercó, «alejó a los demás y quedó a resguardo», dijo.
El abogado de Cristina, Marcos Aldazábal, le consultó sobre el manejo del celular de Sabag Montiel en el juzgado: «fui citado, hice una declaración vía zoom y después fui personalmente por lo del teléfono», contó García.
Hay que recordar que hubo mucha discusión sobre el proceder de la jueza federal María Eugenia Capuchetti, respecto al resguardo de la cadena de custodia de ese celular. La querella denunció la violación de la misma, ya que el teléfono del joven que atacó a la exvice quedó inutilizado las primeras horas.
El testigo indicó que estuvo en el juzgado cuando se abrió el sobre donde se había guardado el celular del joven, para atestiguar la apertura del mismo. Dijo que fueron pocos minutos los que transcurrieron desde el momento en el que la policía le quitó el dispositivo electrónico a Sabag Montiel hasta que lo trasladaron a Comodoro Py.
«Escuché un clac-clac»
El siguiente testigo que subió al estrado fue Javier Chañis: “fui en calidad de espectador, quería verla a Cristina, expresarle mi apoyo. Yo no formaba parte de ninguna organización, activamente no integro ninguna pero a veces participo en algunas cosas con Patria Grande, pero por mi cuenta.»
La fiscal Baigún le preguntó si sabía de grupos políticos que odiaban a Cristina Kirchner, y el testigo dijo: “Según leí, había un grupo Revolución Federal”. Cuando le repreguntó si le constaban esos hechos, Chañis sólo dijo que vio sus acciones en la vía pública y “por televisión. Desconozco si merodeaban la casa (de Cristina Kirchner)”.
A la hora de reconstruir lo que ocurrió el 1 de septiembre de 2022, dijo que estaba cerca de la puerta del departamento de Uruguay y Juncal pero se alejó del lugar y se aproximó al vehículo en el que arribaba la exmandataria. “Yo estaba al lado de ella, de hecho me acarició”, contó y en ese instante relató los minutos siguientes: “Ahí escucho a mi costado derecho un cla-cla del arma. Fue todo muy confuso pensé que le habían tirado con algo, por esos miré al piso porque creí que se había caído el libro”.
Pero detectó que algo no estaba bien y relató que en ese instante sigue el recorrido del joven que había salido rápidamente del lugar. “Ahí me doy vuelta y le agarro la campera al muchacho, lo tiramos al piso y lo comenzamos a palpar, cuando levantamos la campera se cae el arma y uno que estaba atrás mío, la pisa. Y otro grupo de militantes lo agarra y lo lleva. Vi que estaban de traje y busqué a alguien de seguridad de Cristina y empecé a gritar que había un arma”.
Respecto al arma de fuego Bersa calibre 32 cargada con cinco balas, sostuvo que lo que vio “fue una silueta, no estaba tan claro que era un arma. Yo creí que le había tirado algo, que se había caído el libro, por eso miré al piso”.
La presidenta del Tribunal, Sabrina Namer, le pidió que precise si logró identificar que había un arma de fuego en el lugar. “No, yo vi una silueta, todo era muy confuso”, reiteró el testigo.
Sin la “pata política”
El requerimiento de elevación a juicio sostiene que -durante toda la pesquisa- no se hallaron elementos de prueba que permitan atribuir a un espacio político el financiamiento del ataque, contradiciendo el planteo de la vicepresidenta respecto a que debe investigarse un móvil político en este caso.
En reiteradas ocasiones la defensa de Cristina insistió en la intencionalidad política del atentado, señalando que debe investigar a «quienes estaban detrás de los atacantes» financiando el atentado. La justicia no encontró ninguna prueba que respalde este criterio.
Antes de que se fije fecha para el inicio del debate oral, la querella había insistido en que se tenga en cuenta lo que la expresidenta siempre denominó la “pata política”. La fiscal Baigún había pedido medidas complementarias en dicho sentido, pero el Tribunal no las impulsó al entender que no se correspondían con el objeto procesal del caso: es decir, las acusaciones sobre Sabag Montiel, Uliarte y Carrizo.