Es decir, vale más del doble de lo que sale comprar un billete estadounidense en el microcentro porteño (alrededor de 470 pesos argentinos) y de la cotización de los dólares financieros, ya que el MEP y el contado con liquidación (CCL) se ubican en torno a los 435 pesos argentinos.
Incluso, es más caro que el llamado dólar «Tarjeta» o «Qatar», que representa al tipo de cambio oficial con un recargo impositivo de 100% por pagar con tarjetas de crédito y débito y tiene una cotización cercana a los 470 pesos argentinos, informó la agencia NA.
De este modo, si un turista viaja a Montevideo con pesos argentinos tiene que considerar que en las casas de cambio y bancos uruguayos le costará entre 804 a 1.010 pesos argentino comprar un solo dólar estadounidense.
Las casas de cambio de Montevideo ajustaron la cotización
Si bien desde hace años los países vecinos se fueron «cubriendo» de la inestabilidad del peso argentino, las entidades bancarias en Uruguay siempre tuvieron un precio implícito mucho más alto en pesos argentinos para adquirir divisas norteamericanas que las casas de cambio.
De hecho, desde hace meses que mantienen un valor cercano al actual, por encima de los 800 pesos argentino por unidad, pero luego de la corrida cambiaria de la semana pasada se observó un fenómeno particular: se «emparejó» la cotización de las casas de cambio con la de los bancos.
Los principales factores se vinculan a la incertidumbre política y económica que se vive en la Argentina, sobre todo en un contexto de alta inercia inflacionaria, que según diversos economistas se ubicará en todo 2023 en alrededor de 120%.
A ello se le agrega la escalada del dólar libre de las últimas semanas, la presión cambiaria por la escasez de reservas en el Banco Central de la República Argentina (BCRA) y la volatilidad que traen las elecciones presidenciales de octubre.
En el último año el peso argentino tiene cada vez un menor valor real por la devaluación diaria que sufre frente al dólar, por lo que desincentiva a las casas de cambio y bancos a «acumular» billetes que pierden poder de compra de forma constante.
(Fuente: Ámbito Financiero)