«¡nos-hundimos,-nos-morimos!»:-el-tragico-naufragio-de-tres-pescadores-en-mar-del-plata

«¡Nos hundimos, nos morimos!»: el trágico naufragio de tres pescadores en Mar del Plata

Nicolás Banza (37), único sobreviviente del naufragio de una lancha de pescadores en Mar del Plata, se despierta sobresaltado en medio de la noche, busca presuroso la llave de la luz, y la enciende. Estira su brazo izquierdo, toca el cuerpo de su mujer, ve que está bajo techo y eso lo tranquiliza. Poco a poco, al verse a salvo, empieza a recuperar la calma.

Le pasó, como cuenta que ya le ocurrió varias veces, aún de día, que volvió a sentir el mismo frío que sintió de la oscuridad cerrada de la noche en alta mar, donde sobrevivió horas sobre lo que quedaba a flote de la lancha en la que había salido a pescar, antes de que se hundiera por completo.

Esa imagen, la de Banza, haciendo equilibrio sobre la proa de la lancha Proa al Sol II, fue registrada por una cámara desde el helicóptero de la Prefectura Naval cuando fue a su rescate, pasada la medianoche. Aunque es una cámara termográfica que registra imágenes infrarrojas, el rescate se ve en blanco y negro, nada se ve en rojo: tal el frío, no detectó temperatura en su cuerpo.

«Era cada segundo pensar en que me iba morir, ahogado o de frío. Por hipotermia. El frío que sentía es algo que no se puede describir», dice una vez que declaró en la causa federal que investiga el hundimiento y contó qué les pasó la tarde de sábado, cuando naufragó junto a Martín Parodi (41), timonel y dueño de la embarcación (era la primera vez que salía con él) y su amigo Iván Kohen (49), a quien llamaban «Pela». Ambos están desaparecidos.

Martín Parodi (41), el pescador desaparecido en Mar del Plata.Martín Parodi (41), el pescador desaparecido en Mar del Plata.Banza contó que lo vio hundirse a Kohen, que no lo pudo ayudar, y que Parodi desapareció cuando fue en busca de los salvavidas. Por comodidad, no los usan cuando pescan, tampoco es obligatorio que los lleven puestos. Antes, Parodi alcanzó a emitir desde el comunicador satelital el alerta de emergencia que tomó Prefectura Naval. Después de eso, no lo volvió a ver.

La lancha Proa Al Sol II, de 5,90 metros de eslora e impulsada por un motor de 200 HP, comenzó a hacer agua cuando se encontraba a 56 kilómetros de la costa de Mar del Plata. «Todo fue muy rápido«, relató Banza.

«Había sido un gran día de pesca, estábamos contentos, ya estábamos pensando en volver al otro día. De pronto había un poco de agua en la bodega, que comencé a sacar con un balde de 20 litros, y enseguida el agua me llegaba a los tobillos. Pesa mucho el agua, y al tiempo que yo sacaba un balde, entraban cinco. Tiramos todo, lo que habíamos pescado, todo lo que fuera peso lo tiramos al mar», contó.

Iván Kohen (49), el pescador desaparecido en Mar del Plata.Iván Kohen (49), el pescador desaparecido en Mar del Plata.Habían tenido un problema con la bomba de achique al mediodía, que habían solucionado. Ahora ya no funcionó. No tenían manera de sacar el agua.

Aunque había sido una jornada calma, a esa hora (pasadas las 21), el mar comenzó a moverse un poco, tanto que en un par de olas que golpearon por la popa terminaron de sumergir por completo a la embarcación. Fue hundiéndose hasta quedar vertical, con la proa al cielo.

«Fueron tres olas las que nos hundieron. La última ya me pegó a mí, y ahí lo escucho a Martín, al capitán, que grita ‘¡Nos hundimos, nos morimos, nos morimos!‘, y ahí me tiro al agua, se tira Iván también, sin chaleco, todo oscuridad y el barco comienza a hundirse cada vez más rápido, nado, hago unas brazadas y veo que la proa todavía flotaba. Volví como pude, lo traté de agarrar a Iván y vi que se estaba hundiendo, vi las manos, las burbujas, y no poder hacer nada… Me quedé ahí, en silencio, frío, oscuridad, miedo, todo junto», expresó.

Video

Buques de Prefectura y la Armada Argentina buscan a la embarcación hundida en Mar del Plata. Hay dos pescadores desaparecidos.

Además de no tener el salvavidas, él tenía un contrapeso extra, un wader. Un traje que va desde los pies al pecho, ajustado por tiradores, que al llenarse de agua comenzó a tirarlo hacia el fondo.

«Quería acercarme a la baranda y no podía, hasta que la pude agarrar, y me pude desabrochar el wader. El frío era terrible. En un momento dejé de sentir las piernas, me tocaba el tobillo y no lo sentía, tengo que subir para no estar en contacto con el agua, pensé, entonces intenté alcanzar un salvavidas redondo que estaba fijo a la lancha, no lo pude sacar, pero me sirvió para ayudarme a subir», añadió.

«Ahí no hay nada, noche y estrellas, todo oscuro. Gritaba, no me contestaba nadie. Intentaba tranquilizarme, no me quería morir. Yo no sabía dónde estaba, no sabía que estábamos tan lejos, todo el tiempo pensaba que me iba a morir y le pedía a Cristian, a mi hermano que está en el cielo, que me ayudara. Pero cada golpe, cuando ya empezaba a haber algo de viento, parecía que iba a caer».

Video

Ocurrió esta madrugada. El operativo fue realizado por Prefectura. Hay dos personas desaparecidas.

No bien recibió el alerta, Prefectura detectó a los buques en la zona y vio que un mercante que había zarpado de Quequén, el NKR Alice, no estaba muy lejos del lugar, aunque debió desviar su ruta para acercarse. Banza vio una pequeña luz a lo lejos y lo primero que pensó, dice, es que estaba al garete y que se era el faro de Punta Mogotes.

Pronto fueron más luces, descubrió que era un barco, pero creyó que sería imposible que lo vieran. Terminó por darse cuenta de que estaban ahí por él porque lo buscaban con seguidores desde la cubierta. Hasta que uno de esos haces de luz lo encontró, contó, y seguido oyó dos bocinazos muy largos.

Pero el Alice, un porta contenedores de 199 metros de eslora, no pudo hacer la maniobra de rescate. Debió esperar a Prefectura, que arribó con un helicóptero. «Me tiraron un bolso amarillo, yo no sabía lo que era, y no me tiré. Luego me dijeron que era un bote inflable», contó. Buscaron alrededor del naufragio en busca de los otros dos hombres, enseguida regresaron y lo iluminaron con un reflector.

Declaró en la Fiscalía Federal, en Prefectura, y dio algunas entrevistas a medios locales. En la primera de esas notas, al cronista del noticiero de Canal 10 le dijo que al ver la luz de la cámara de frente era como volver a ver el halo de luz desde el helicóptero, el frío, y las horas que estuvo solo en medio del mar. «Es que todavía no salgo del shock. Una y otra vez vuelvo a sentirme ahí», explicó.

Nicolás está en pareja y tiene un hijo de 5 años. Viven en Mar del Plata desde febrero. Sus padres vinieron desde Temperley cuando se enteraron lo que le había ocurrido. Ya perdieron a otro hijo, Cristian, en un confuso episodio hace seis años en Comodoro Rivadavia. «Es mi ángel», relata su hermano.

«Y estuvo ahí como en otras ocasiones de mi vida -contó a Clarín-. Sabés que en esas horas había un pájaro negro dando vueltas, tres veces vino, y se posó adelante mío en el reflejo de la luna en el agua. La tercera vez que vino es como que me pega con un ala en la cara y me despabila, yo estaba como durmiéndome, o por el frío, no sé. Yo le decía Forest a mi hermano, y le dije, ‘Guacho, Forest, me despertaste‘. Yo sé que fue él el que me tiró la soga».

EMJ