En una de las declaraciones más esperadas de esta tanda de indagatorias que está tomando la jueza federal Cristina Pozzer Penzo, este jueves a la noche declaró el ex marino Carlos Guido Pérez, acusado de haber cometido el posible delito de “sustracción y ocultamiento» de Loan Danilo Peña, el nene de cinco años que está desaparecido desde el 13 de junio.
En su declaración indagatoria, que se realizó vía Zoom porque está detenido en Salta, el ex capitán de navío de la Armada Argentina hizo un relato detallado de lo que ocurrió el día del almuerzo tras el cual desapareció Loan. Entre los puntos más salientes de su declaración, rechazó la acusación de ser parte de una red de trata de personas que sustrajo a Loan.
«Nosotros supuestamente por la acusación somos una organización de secuestradores de niños para trata. Nosotros qué organización eh, bastante elemental, porque estamos todos presos. Nosotros, en ningún momento, y de buena fe nos movilizamos, nos paseamos por delante de todas las personas. Fuimos tomados por los peajes, las cámaras, fuimos controlados por los movimientos de los celulares. Somos muy poco creíbles como organización de trata, por lo menos no somos profesionales. No descarto que exista o haya existido una organización, que no somos nosotros», ironizó.
Al comenzar, aclaró que a las únicas personas que conocía eran Catalina Peña, la abuela de Loan, y Laudelina Peña, tía del menor. Y muchas veces habló en plural, para referirse a su esposa, la ex funcionaria municipal María Victoria Caillava, también detenida en Salta y quien también prestó declaración este jueves.
«A las dos y cuarto de la tarde me agarró el apuro para salir. Quedamos solos con José en la mesa, y los demás se fueron a buscar mandarinas. Enseguida vuelven y después nos dirigimos a la camioneta. En ese momento nos despedimos de Laudelina, que nos dice que va al encuentro de una criatura. Mi esposa me comenta entonces que la tía iba al encuentro de una criatura que estaba regresando pero no había llegado. Nosotros no teníamos conocimiento que se había perdido, pensamos que la tía lo iba a buscar, entonces nos fuimos por el camino rural», relató Pérez.
En la continuación de su declaración, Pérez asegura que al llegar a su casa no había luz. Y que en ese momento recibe un llamado de la abuela Catalina consultado si Loan estaba escondido ahí. Tras terminar la comunicación, el ex navío declara que su esposa llamó a productores que estaban cerca a de la casa de Catalina y después a la Policía. «Llama a alguien que no estaba de servicio y le dice que se iba a comunicar con quien está de servicio», puntualiza.
Cuando terminan con los llamados vuelven a la casa de la abuela. Ambos ayudaron en la búsqueda de Loan en el monte. «En ningún momento se escuchó a un niño gritar y no respondió al llamado de su nombre», manifestó.
«En un momento veo que llega Benítez con el torso desnudo, y se sienta a tomar un vaso de agua y vuelve a salir, y ahí no lo vi más. A las siete menos diez le digo al comisario que pidiera perros, dijo que ya había pedido, le comenté lo que me paso con la oveja y de los animales de la zona que podía haber sido víctima de algún animal», agregó.
Pérez en su declaración también mencionó su parada en el hospital del pueblo de 9 de Julio. Según sus palabras, luego de acompañar en la búsqueda ambos retoman el camino a su casa. Pero en un momento del camino, Caillava comienza a sentirse mal. «Justo estaba su amiga, la enfermera Alicia, y se aplicó una inyección.
«Nosotros teníamos un compromiso de estar en Corrientes al día siguiente, y buscar a mi hija», aclara el exnavío. Alrededor de las seis de la mañana salen rumbo a la capital. El marido de Caillava asegura que su esposa fue atendida en en un laboratorio y en un hospital.
«Mi esposa me refiere que había hablado con el comisario que le comentó que si era necesario volvíamos, y ella me comenta que la policía le da permiso para hacer los trámites que tuviera que hacer. Yo tenía otro trámite, que es cobrar un juicio por diferencia de haberes, y tenía que hacerle una transferencia a un señor de la compra de una casilla rodante. Después coordino con Javier Pasco la transferencia eran unos 2.200 dólares en pesos, el me refiere que prefería en efectivo», justifica.
Luego asegura que pasó el día con su hija en Resistencia y con su otra hija en Corrientes. Durante su declaración todo parece indicar que durante el recorrido compraron comida, paseó con sus dos hijas y Caillava fue a hacerse una serie de estudios.
Durante su indagatoria hace mención a cómo surgió su necesidad de comenzar a mostrarse en los medios. Asegura que escuchó a una vecina decir que luego del almuerzo la pareja había lavado la camioneta. «En ningún momento la camioneta se lavó», enfatiza.
«Esa noche estuve pensando en nuestros vehículos, y pensaba que a alguien se le ocurra plantar algo en nuestros vehículos y ahí decido llamar al comisario, le pedí a mi esposa el número porque ella lo tenía agendado por es secretaria del colegio secundario. Entonces como no me contestaba le mando un audio, y le mando varios audios», relató
En relación a la causa, habla de Catalina Peña, que dijo que “esto fue una venganza”, y habló de una interna familiar muy pesada, que no se hablaba con la madre de Loan, que no se llevaba con las parejas de sus hijos.