El solo hecho de que cuando uno se para frente a un calendario, pone su atención en julio, deja que la cabeza empiece con sus libres asociaciones y una de las primeras que aparezca es que se trata del mes en el que se festeja la Fiesta del Chivo, lo dice todo. Ya es un clásico de Valle Fértil, San Juan, Argentina y hasta alguna otra parte del mundo.
Y es que durante sus 19 ediciones –sólo se tuvo que suspender en tiempos de pandemia-, por sus distintos espacios de realización han pasado personas de distintas latitudes, incluyendo según cuentan los más memoriosos hasta ciudadanos chilenos, uruguayos, españoles, franceses y alemanes.
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La estrella –claro está- es el chivo y sus distintas maneras de preparación. Uno puede saborearlo tras pasar unas horitas a la parrilla, cocinándose en una generosa olla en su versión al vino o desmenuzado por completo en la inigualable y sabrosa chanfaina. Pero, según sostienen sus ideólogos y organizadores, el principal cometido es compartirlo entre amigos, familias, parejas y un buen vino.
La estrella es el chivo, pero los ideólogos y organizadores de la fiesta sostienen que el principal cometido es compartirlo entre amigos, parejas, familias y un buen vino
Lindor Fernández figura en la lista de fundadores de esta fiesta que año tras año sigue aumentando la presencia de comensales. Él buceó en sus recuerdos para rescatar momentos de la historia de esta celebración: “La primera edición de la Fiesta del Chivo se realizó el 17 de julio del 2004, con la intendencia de Ángel Carrizo. Se desarrolló en el camping de La Majadita, que por ese entonces era Municipal. Actuaron solamente artistas locales y fue sinceramente muy familiera”.
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“En este momento se contó con la colaboración de las comisiones de la Capilla de La Majadita, de la Cooperadora de la Escuela y de la Unión Vecinal. El intendente Carrizo, Mónica Muris, Alfredo Fernández, Carmen Costa y yo, cada uno en representación de alguna de estas instituciones, fuimos los que terminamos de darle vida a una idea con la que queríamos resaltar el trabajo de los puesteros, las bondades del chivo y también contar con un punto de encuentro para todas las familias y vecinos de la zona”, compartió Lindor. Además, lo recaudado sirve para hacer frente a necesidades que se presentan en la comunidad y dentro de la organización de la misma fiesta.
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En 2012 fue declarada de Interés Turístico y Productivo Provincial en una sesión en la Legislatura y tomó algo más de vuelo y de apoyo. Con la de este último 20 de julio, se han disfrutado 19 ediciones, pasando por el ya extinto camping, el patio de la escuela local, el jardín de la capilla, un terreno prestado hasta llegar finalmente al ‘Predio Oscar Luis’ que quedó inaugurado este sábado junto al CIC Esteban Molina de La Majadita.
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Actualmente, según relató Fernández, son unas 13 personas las que conforman este “grupo de trabajo con el que cada año, con la ayuda de la municipalidad, organizamos esta fiesta. Y a eso hay que sumarle los colaboradores que es prácticamente todo el pueblo, ya que de alguna u otra manera cada vecino suma su granito de arena para mantener viva esta tradición”.