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Cayó un 37% el presupuesto para ciencia

23 de julio de 2024 – 14:52

El primer semestre del 2024 significó un brutal ajusto para el sector científico-tecnológico. Hasta el momento, y con respecto al 2023, el presupuesto se ciencia tiene una caída del 37%.Por su parte, el Grupo Economía.Política.Ciencia-Centro Iberoamericano de Investigación en Ciencia, Tecnología e Innovación (EPC-CIICTI), viene realizando un seguimiento detallado los diversos aspectos que componen la economía política de la ciencia y la tecnología en nuestro país y en su último análisis enfatizan que en lo referente a presupuesto, la Función Ciencia y Tecnología (CyT) del presupuesto nacional descendió un 30,4% real contra 2023.

Pero mirando más específicamente, en lo que tiene que ver con la extinta Jurisdicción 71 – Ministerio de Ciencia MINCyT (que incluye a la actual Secretaría de ICT, el CONICET, la Agencia I+D+i y la CONAE), la retracción alcanzó el 37,7% real.

«El descenso en la ejecución fue progresivo, mes a mes, empeorando el registro en la comparación contra el año anterior en todos y cada uno de los meses del año. Se trata de un ajuste realizado en apenas siete meses que es más abrupto que el llevado a cabo en los cuatro años de la gestión de Mauricio Macri», apunta el informe.

Y acotan: «Tras tres años de robustos avances, que incluyeron un avance de la inversión en ciencia del 43% real entre 2020 y 2023, lo que se observa es un descenso notorio que no tiene antecedentes en la programación presupuestaria de la Argentina desde que la Función se incorporó al sistema de cuentas en 1972″.

«A nivel de la Función CyT, en tan sólo 6 meses, se ha ejecutado el 75,92% del Crédito, y hay organismos como el Conicet que ya han ejecutado el 96% de su crédito», indica el informe.

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Por otro lado, los salarios de trabajadores del sistema científico-tecnológico son uno de los puntos más afectados. En relación a diciembre de 2023, en Conicet cayeron un 26,3% real,al mismo tiempo, todos los organismos caen en términos reales en su ejecución durante el primer semestre, entre los que se destaca la retracción del 94,2% real de la Secretaría de ICT (ex MINCyT Central), que prácticamente desaparece del cuadro presupuestario del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (SNCTI).

También desciende un 92,3% real en comparación con el 2023 la inversión en ciencia en el marco del Programa de Desarrollo de la Educación Superior en Universidades Nacionales del actual Ministerio de Capital Humano.

Daniel Filmus, ex ministro de Ciencia y Tecnología, advirtió sobre las graves consecuencias del desfinanciamiento que está llevando adelante el gobierno de Javier Milei, durante la presentación del libro “Afuera”. “No estamos solo ante una política de ajuste, sino frente a un gobierno que quiere destruir la educación, la universidad, la ciencia y la tecnología pública”, dijo Filmus en declaraciones radiales.

En ese sentido, afirmó que a diferencia de “los 90 o la época de Macri”, en esta ocasión “doctrinariamente piensan que la universidad tiene que ser privada y el estado no la debe financiar”.

Universidades

El Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), manifestó su «profunda preocupación» ante la situación salarial «crítica e inadmisible» que atraviesa el sistema universitario público. Mediante un comunicado de prensa, expresaron: «Reclamamos urgente recomposición salarial para las y los trabajadoras y trabajadores docentes y no docentes del sistema universitario público nacional, la reactivación de los programas y de los dispositivos de asistencia estudiantil y la actualización del monto asignado para las becas».

El encuentro agrupó a rectores y representantes de todas las federaciones docentes, no docentes y estudiantiles del país (FATUN, FEDUN, CONADU, CONADU Histórica, UDA, CTERA, FAGDUT y FUA).

Con fuerte contracción del gasto primario, el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) explicó en su último informe cómo hizo el gobierno para lograr superávit fiscal durante el primer semestre del 2024. Y en gran medida recae sobre sectores más vulnerables como jubilados, sobre las provincias y la falta de obra pública, y también sobre las áreas del desarrollo nacional: en junio cayó un 95% la transferencia de fondos a las universidades.

La proyección tiene uno de sus fundamentos en el fuerte ajuste que recae sobre las universidades nacionales y que, de hecho, está poniendo en riesgo el inicio del segundo cuatrimestre, por la falta de acuerdo salarial con los docentes y no docentes de las casas de estudios superiores.

De acuerdo a un informe del Instituto de Estudios y Capacitación (IEC-CONADU) el impacto del recorte presupuestario en las instituciones públicas, en los primeros seis meses de 2024 las universidades nacionales recibieron del Estado 1.351.829 millones de pesos. Esto es un 152,8 por ciento más que lo que obtuvieron en los primeros seis meses del año pasado. Sin embargo, esa variación queda muy rezagada frente al promedio interanual de inflación, que alcanzó los 276,4 puntos: en la primera mitad del año, el financiamiento universitario quedó 123,6 puntos por debajo de aumento de precios.

Si se toma por ejemplo el último mes considerado (junio), las casas de estudio perdieron incluso más en relación a la inflación. En esos 30 días, recibieron poco más de 364.800 millones de pesos: solo un 106,3% sobre junio de 2023, frente a una inflación de junio a junio de 271,5%, lo que constituye un atraso de 165,2 puntos por detrás de ese índice.

Filmus advirtió además sobre la situación que viven las universidades públicas, «los docentes han perdido el 32% de su salario en los primeros meses de gestión de Milei», y planteó que en este contexto las medidas de fuerza en defensa de la educación universitaria “tienen la contradicción de que si cerrás la universidad por el conflicto, le hacés el juego a ellos que quieren que las universidades estén cerradas”.

A su vez, indicó que “el RIGI permite que las empresas internacionales traigan su propia tecnología y que sólo deberán dedicar un 20% en recursos para pymes e industria nacional, siempre y cuando el precio les convenga: es decir, nada”.

De persistir esta tendencia, al concluir el año se habrá destinado a la educación universitaria tan solo el 0,24 por ciento del Producto Bruto Interno (un tercio del 0,70 de los últimos años), el valor más bajo de las últimas décadas.

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