Padres de la comunidad educativa de una escuela de San Martín de los Andes, junto a sus hijos, “pasaron un fin de semana completo sin utilizar los teléfonos celulares”, como parte de una investigación que realiza la psicóloga porteña Clara Oyuela, que reside hace 9 años en la Patagonia y es autora del libro Crónicas de una abstinencia, en el que volcó su propia experiencia de “pasar 30 días sin redes sociales ni WhatsApp”.

Para la profesional, es un llamado de atención por parte de niños y niñas de entre 7 y 10 años, y ante el cuestionamiento de “no podemos usar celulares, pero ¿ustedes si? logró que los mayores de la casa “apaguen los dispositivos móviles” y, a través de esta investigación, arribar al resultado de “una puerta abierta a nuevas experiencias o algunas que parecían olvidadas”, explicó la psicóloga.

Se podría suponer que las familias que residen en la ciudad San Martín de los Andes, rodeadas de un entorno de naturaleza y belleza sinigual, con tiempos distintos a los de la ciudad, no están atravesadas por la problemática del uso de celulares, sin embargo, “el exceso de pantallas y el uso de redes sociales también ocurre”, sostiene la profesional y señala como responsables a los adultos. Como ventaja indica que las nuevas tecnologías acercan a quienes están lejos, aunque reconoce que “a veces tienden a alargar las distancias con quienes están al lado”.

Niños y niñas de la Fundación Escuela Bosque de la localidad de San Martín de los Andes sacaron a la luz su preocupación por ver a sus padres “todo el tiempo con el celular”, con la excusa de “estar trabajando”. Esto despertó en Oyuela la inquietud de investigar y analizar esos vínculos. De allí surgió la propuesta de “pasar dos días enteros sin celular, un fin de semana sin conexión instantánea, sin redes sociales ni WhatsApp”, explica la profesional. Y aunque “parece sencillo, para la gran mayoría no lo es”, remarcó.

Como parte de los testimonios que surgieron de la experiencia, la psicóloga repitió el relato de uno de los padres, quien señaló: “Esta experiencia nos dio la oportunidad como familia de hablar más en profundidad acerca del uso del celular”. Otro de los padres reconoció que “uno se da cuenta de cuánto recurrimos al celular”. La conclusión de Oyuela fue “no dar por sentado que tenemos que darles un celular a nuestros hijos y que podemos encontrar otras alternativas, como ser adultos más creativos y valientes, porque hay opciones».