El número de perros callejeros en la Argentina es de 20 millones aproximadamente. Entre las provincias que presentan las situaciones más complejas están Buenos Aires, Mendoza, Córdoba y Tierra del Fuego. La naturaleza de reproducción geométrica exponencial de los animales y la falta de políticas de equilibrio poblacional o su insuficiencia, han hecho que el número se haya incrementado de manera preocupante.
S
e estima que 20 millones de animales, entre perros y gatos, viven en situación de calle en Argentina. Los datos surgen de estudios efectuados por el Colegio de Veterinarios de Buenos Aires que en 2018 marcaban 6 millones de perros sin hogar. A partir de esa cifra y teniendo en cuenta que no se han aplicado políticas de equilibro poblacional eficientes (en muchos casos son nulas o limitadas) y que la naturaleza reproductiva de estos animales es exponencial, ya que en cada parto las perras pueden tener un promedio de seis cachorros, se deduce que a nivel nacional, en la actualidad, habría 20 millones de perros callejeros al que se suman los gatos.
Los números más preocupantes se dan en Buenos Aires, Mendoza, Córdoba y Tierra del Fuego.
En 2023, la población de perros en Mendoza era de 500 mil ejemplares y sólo el 20 por ciento tenía hogar. En otras palabras, 400 mil perros vivían en la calle. El porcentaje siguió creciendo.
Para determinar la situación en Córdoba se tuvieron en cuenta datos del censo 2021, que indicaba la existencia de 50 mil perros sin hogar.
En el caso de Tierra del Fuego, la cantidad de canes en situación de calle ascendería a 49 mil. Desde la Red de Políticas Públicas, Mía Finocchio, señaló que “el servicio de castración hoy es limitado y tiene que llegar a toda la comunidad”.
Desde la ONG, consideraron que a nivel local “tenemos todo lo necesario para solucionar esta problemática”. Se plantea lograr una castración anual y en este sentido propusieron que “estaría bueno que los quirófanos móviles sean sin turno para que el servicio llegue más rápido”.
Por último, indicaron que las organizaciones no gubernamentales no dan abasto y sugirieron la creación de la figura del “perro vecinal” y hacer hincapié en la castración temprana con el objetivo de evitar el primer celo y atenuar el índice de natalidad.
Cabe mencionar que las políticas de equilibro poblacional son propias de gobiernos progresistas que desterraron las sanguinarias políticas eutanásicas (de control) y se basan en la castración tanto de perros y gatos para solucionar la problemática de crecimiento poblacional exponencial contribuyendo tanto a la salud humana como a la salud animal como política integral.
En Tierra del Fuego, los municipios de Ushuaia, Río Grande y Tolhuin aplican programas de castración gratuita pero a la vista de los números se estima que resultan insuficientes y que habría que intensificarlas junto con las campañas de concientización de tenencia responsable de animales de compañía.