Era muy difícil que tanto Boca como Ezequiel Agustín Fernández dejaran pasar una oportunidad como ésta. Es que la lluvia de dólares desde Arabia Saudita produce que el futbolista entienda que es una oportunidad, quizás, única; y del otro lado el club entiende que puede significar una inyección económica indispensable en un momento en el que el mercado está abierto y el Xeneize busca reforzarse para la Copa Sudamericana y la Liga Profesional. Por eso, la salida del ‘Equi’ no sorprende. Tampoco el gesto que tuvo el mediocampista, quien dejó pasar unos días, hasta este fin de semana para que la cláusula de rescisión aumente de 15.000.000 a 23.000.000 millones de dólares, que son los que depositó en las últimas horas.
La primera propuesta había sido por 15 millones de dólares, valor exacto de la cláusula de rescisión inicial. Boca la rechazó, pero los emisarios de Arabia Saudita llegaron con un nuevo ofrecimiento: 2 millones por encima del requisito de salida y la posibilidad de que el Xeneize se quede con un porcentaje o una plusvalía para una futura venta.
El pase, entonces, se encarriló. Como Equi Fernández estaba disputando los Juegos Olímpicos con la Selección Argentina, todo se demoró hasta que finalizará su participación. La eliminación a manos de Francia el viernes pasado aceleró la resolución del tema y coincidió con el aumento automático de la cláusula, previsto en el contrato del futbolista.
Por si hiciera falta alguna recomendación, Javier Mascherano lo había elogiado públicamente. “Para mí, es el mejor jugador del fútbol argentino”, dijo el entrenador de la Sub 23 sobre Equi, quien se desempeña en la misma posición en la que se destacó el ex River y Barcelona.
Con esta venta, se especulaba que el presidente Juan Román Riquelme iría a fondo por Giuliano Galoppo, por quien San Pablo pidió 3 millones de dólares para desprenderse del 50% de la ficha del ex volante de Banfield. Las diferencias respecto del contrato del futbolista era la principal traba, que incluso indicaba que la chance estaba caída. Aunque en Brasil todavía no lo dan por definitivo.