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Cristina Cosentino, la arquera heroína de las Leonas en los penales con Alemania, no quiere comparaciones: «El Dibu tiene el Mundial y yo todavía no gané nada»

El estadio Yves-du-Manoir de París, donde Las Leonas tuvieron que sufrir hasta los penales para superar a Alemania y meterse en semifinales, tiene una puertita debajo de una de las tribunas en donde los familiares esperan a las jugadoras después de los juegos para abrazarlas, reír o llorar. Salen primero las europeas y un respetuoso aplauso de los presentes acompaña las lágrimas. Luego, comienzan a aparecer una a una las argentinas y en el final de la fila asoma la estrella del mediodía parisino, la heroína: Cristina Cosentino (26), la arquera que atajó los cuatro penales australianos que le ejecutaron).

«Olé/Olé/Olé/China/China», se escucha y todos se suman a saltar y a bailar. «Que me disculpe el Dibu, pero la mejor arquera del país es la China», dice la cordobesa Julieta Jankunas. «La China ataja como la c… de la lora», se envalentona María José Granatto.

«Se nota que son mis compañeras», le dice Cristina Cosentino a Clarín. Y completa: «El Dibu tiene la Copa del Mundo y yo todavía no gané nada. Así que hay que esperar».

Tienen algunos puntos en común las historias de Emiliano Martínez y de Cosentino: ambos debieron esperar demasiado para ganarse su lugar en Primera División. El marplatense campeón del mundo fue cedido a préstamo por el Arsenal en varias temporadas porque no tenía lugar en el equipo. Recién logró afianzarse cuando desembarcó en Aston Villa.

La China, por su parte, tuvo que tomar una determinación poco habitual en el mundo del hockey: cambiar de camiseta. Así fue como en 2016 dejó Belgrano Athletic Club para jugar en Banco Nación. «Me fui porque no tenía lugar como arquera titular y no tenía espacio para crecer. Yo estaba en el proceso Junior y nos pedían que atajemos en Primera para ganar roce. El cambio de club fue la decisión de mi carrera, de querer jugármela por lo que quería. Por suerte me llevó a donde estoy ahora», explica Cosentino.

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Cristina Cosentino atajó cuatro penales para poner a Las Leonas en la semifinal de París 2024.

-En Argentina ya te comparan con el Dibu…

-No, no. Cada arquero es un capítulo aparte. El Dibu es el Dibu y yo soy yo. Todos tenemos nuestras características. Sí, está buenísimo que tengamos protagonismo. O en realidad no tanto… porque se sufre.

Fue emocionante el final del partido entre Argentina y Alemania. Las europeas se pusieron en ventaja con un gol de penal de Viktoria Huse cuando faltaban tres minutos. Parecía que todo se derrumbaba. El entrenador Fernando Ferrara sacó a Cosentino para poner a una jugadora de campo en el córner corto final. Fue gol de Jankunas para igualar y para llevar la serie a los penales. Y para que Cosentino empiece a convertirse en heroína.

«Nunca en mi vida había atajado todas las definiciones de una tanda. Un tiempo atrás estuve bloqueada con los penales australianos. No le encontraba la vuelta. Pero me puse como objetivo trabajar y trabajar para revertir la situación y creo que lo logré. Además, pude ayudar a mis compañeras después del error que había cometido en el penal de ellas. Me apresuré en salir a achicar», reconoce la China.

-¿Cuál es el secreto para atajar un penal australiano?

-Hay muchos factores, pero al final creo que la clave es aguantar todo el tiempo posible para que la rival esté incómoda. Hoy por hoy se estudian a las ejecutoras, aunque tampoco me dejo llevar mucho por las estadísticas porque te puede jugar en contra si fallas. Entonces, no me vuelvo loca. Busco fluir y divertirme con eso.

-¿Tenés algún ritual?

-Ninguno. Solo busco estar con la mente en blanco porque es un momento de tensión y presión. En realidad, me cambio siempre de la misma forma, más allá de que sé que no tiene sentido.

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Cristina y Fernando se mostraron orgullosos y al borde de las lágrimas luego de la actuación de su hija en la tanda de penales que le dio la clasificación a Las Leonas a la semifinal.

Pasada una hora de la clasificación, el fervor bajó. «Ahora tenemos que descansar y pensar en lo que viene. Las semifinales de los Juegos son durísimas, toque con quien te toque. Esto es un premio a que nos rompemos el lomo entrenando todos los días. Estamos en nuestra mejor versión», explica la China antes de recibir los abrazos de su papá Fernando y de su mamá Cristina. «Sin el empate de las chicas no hubiesen existido los penales y todo lo que vino después. Así que hay que seguir por el mismo camino», avisa.

«Ojalá que lo disfrute. Son muchos años de acompañarla», suelta el papá Fernando antes de emocionarse. «Yo estoy re contenta y orgullosa. Cuando las cosas salen bien y son visibles, todo está bárbaro. Pero a veces no sale todo bien. Por eso hay que disfrutar», aporta mamá Cristina, tal vez haciendo referencia a cuando quedó afuera de la lista para los Juegos de Tokio 2020.

La fiesta termina y la China camina con su enorme bolso hacia el micro que la llevará a la Villa Olímpica. Recibe un último aplauso de los argentinos y suelta una sonrisa que no puede ocultar. Y ese gesto resulta lógico: al cabo, está transitando el día más glorioso de su carrera como deportista.


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