Un grupo de delincuentes, aparentemente con datos fidedignos, ingresaron a una distribuidora de productos petroleros y combustibles y se alzaron con una importante suma de dinero en efectivo.
Un grupo de delincuentes, aparentemente con datos fidedignos, ingresaron a una distribuidora de productos petroleros y combustibles y se alzaron con una importante suma de dinero en efectivo.
Para ingresar al lugar, ubicado entre las calles 9 de Julio y América de la ciudad de Tartagal, los delincuentes barretearon directamente el portón metálico -de importantes dimensiones- y luego destrozaron las puertas de las oficinas.
En el interior del lugar, atestado de productos derivados del petróleo, aceites industriales, combustibles y demás mercaderías de alto valor, los ladrones se dedicaron a buscar dinero en efectivo.
El dato relevante es que habrían hallado una gran cantidad de pesos, no se sabe cuánto, pero con el tiempo a su favor descartaron miles de billetes de 100, 200 y 500 pesos de la moneda nacional y solo seleccionaron al parecer los de 2.000 y 10.000 pesos, los que habrían cargado en bolsos o mochilas antes de partir.
El robo fue espectacular -si se quiere-, ya que los delincuentes no se tomaron el trabajo de llevarse nada más que el efectivo seleccionado, esparciendo por el piso los devaluados pesos argentinos que esperarán tres décadas quizá en tener valor, según algunos gurúes.
El robo del local comercial fue descubierto por un empleado de la firma que llegó al lugar supuestamente alertado por algún vecino o simplemente en una recorrida de rutina.
El hombre advirtió que el portón y las puertas se hallaban barreateados, es decir forzadas por acción de una palanca que ejerce presión hasta romper las cerraduras, desprendiendo la puerta de su marco.
Tras el descubrimiento alertó al 911 y minutos más tarde ingresaron al lugar, donde descubrieron que los delincuentes ya habían «limpiado» las oficinas de los billetes grandes y habían salido sin despertar sospechas hacia una calle lateral, donde no habría cámaras, para darse a la fuga.
Luego se realizó un inventario de los productos de gran valor que se guardaban allí, cayendo en la cuenta que ni siquiera los habían tocado.
El robo está siendo investigado por la Brigada de Investigaciones de Tartagal y se cree al menos como una hipótesis que los delincuentes serían transnacionales, ya que descartaron los billetes de baja denominación justamente porque tras la línea de frontera no los reciben, informó una fuente.
Billetes, solo de 1.000 para arriba
En la vecina Bolivia comprar con pesos es posible, pero los billetes de baja denominación ya no son aceptados, salvo en pequeñas compras de comestibles o bebidas en las calles.
En las calles de Yacuiba se encuentran carteles donde se anuncia «se compran pesos», haciendo estas personas algunas diferencias callejeras con el «chiquitaje».
Si deseas adquirir un artículo debes presentar billetes de al menos 2.000 pesos o los nuevos de 10.000, que son apreciados porque no «abultan» demasiado cuando se los llevan a cambiar a las casas habilitadas para tal fin.