Otra violenta secuencia de terror ocurrió sobre la mañana de este jueves en la localidad de Hurlingham, donde una cámara de televisión logró captar el momento en que el chofer de una aplicación de viajes amenaza con un arma a un pasajero, al que obliga a arrodillarse en la vereda y pedir perdón por haberlo escupido.
La escena sorprendió a una movilera de Telefe y a los vecinos del barrio, que no salen de su asombro. Han sido 24 horas de terror para ellos. Es que la cobertura del canal se trasladó al cruce de las calles Delfor Díaz e Isabel del Maestro, en la localidad del oeste bonaerense para cubrir otro caso de inseguridad que terminó a los tiros.
Se trata del robo a un gendarme, al que dos motochorros balearon para llevarse su moto. Como un conductor había visto el robo, los atropelló con su coche. Los ladrones huyeron, pero volvieron instantes después a los tiros para amenazar a los justicieros.
Por ese caso tan violento estaban allí las cámaras. Y mientras tomaban el testimonio de los vecinos cansados de la inseguridad, metros al costado se daba un escena de relatos salvajes.
El conductor comenzó a gritarle a un pasajero que acababa de dejar en su casa. Se bajó del auto y sacó un arma de su bolsillo. “¡Tirate abajo (sic), boca abajo!”, le gritó al joven, que lentamente se arrodilló en la vereda. A su lado, una mujer que lo acompañaba intentaba aliviar las tensiones.
El momento en que el remisero hace arrodillar al joven en Hurlingham. Foto: capturaSin embargo, la cámara registró el momento exacto en el que el chofer obligó al joven a arrodillarse y pedirle perdón, mientras blandeaba el revolver en su mano derecha.
“A mí no me escupas”, le dijo al joven, que rápidamente le contestó: “Me faltó el respeto usted también”. Allí lo obligó a ponerse de pie y le gritó: “Tomátela”. Luego, el conductor se subió a su vehículo y se fue, según pudo apreciarse en las imágenes de TV.
«Fue impresionante, no entendíamos nada. De un vehículo se bajó esta pareja. Ellos eran los pasajeros. El joven estaba tirado en el piso, amenazado. La chica decía ‘vamos’, pero el hombre empuñaba el arma», contó Eva, la periodista de Telefe que presenció la secuencia.
A partir de la publicación del caso, la policía de Hurlingham ordenó la detención del chofer, imputado por «amenazas agravadas y uso de arma de fuego». Según trascendió, lo detuvieron horas más tarde y descubrieron que era oficial retirado de la Policía Federal.
El joven amenazado, por su parte, habló más tarde con los móviles de televisión y contó su versión del caso. «Hubo una discusión porque me tenía que dejar del lado de enfrente. Me fui, lo mandé a cagar. Salí del auto y me apuntó con un arma. Ahí me caí», relató.
«No sé quién era. Dicen que era policía, pero era un chofer de (la aplicación de coches) DiDi. Pero está enferma, la gente está enferma», protestó el joven.
El caso por el cual estaban los móviles de TV
En la tarde de este miércoles, dos motochorros le dispararon a un gendarme para robarle la moto en la que viajaba. El conductor de una camioneta que vio la escena puso marcha atrás y atropelló al delincuente que había baleado a la víctima y tomado su vehículo. La escena quedó registrada en una cámara de seguridad.
Video
El violento episodio se dio en la tarde de este miércoles. Los delincuentes volvieron al lugar a los disparos.
El hecho parecía culminar allí, pero no: a los segundos los delincuentes volvieron al lugar, antes de que llegara la policía, y lanzaron una ráfaga de disparos contra los que estaban aún en el lugar del asalto, la esquina de las calles Delfor Díaz e Isabel del Maestro.
Los motochorros cruzaron violentamente al gendarme Víctor Rodrigo Formichelli, quien estaba de franco y vestido de civil, para robarle la moto con la que circulaba.
El delincuente conductor frenó delante del gendarme y el acompañante se bajó apuntándolo con el arma. Directamente le disparó en la pierna, provocándole la caída al piso. Fue cuando Formichelli bajó su velocidad, por el tránsito: tenía una camioneta blanca por delante y otra por detrás.
El motochorro que conducía la Honda roja se había quedado detrás de una Renault Kangoo blanca, por lo que el chofer de la camioneta vio toda la secuencia delictiva. Rápidamente, ese hombre con las manos en el volante entró en acción y dio marcha atrás a toda velocidad para atropellar al ladrón que disparó el tiro contra el gendarme y que esperaba a su compañero para que lo sacara de escena.
Atropellado, fue arrastrado por la camioneta hasta la bocacalle. Herido por el golpe, el motochorro se levantó y como pudo corrió hasta la moto de su cómplice para emprender la huida.
Pero, cuando parecía que todo se había visto y que ya era suficiente, de repente aparecieron otra vez los motochorros hacia donde habían dejado la moto tirada y arrastrada por la camioneta. Con cuatro disparos al aire, los delincuentes llegaron otra vez a la esquina, llevando nuevamente pánico en los vecinos, que se escondieron detrás de los autos para salvarse de los balazos.
Se bajó el acompañante, disparando el último tiro al aire, vio el estado de la moto tirada y se retiró junto a su cómplice.