lunes, 16 de septiembre de 2024 01:43
En esta charla, Emanuel Farías, un talentoso percusionista, nos habla sobre cómo ha logrado combinar su pasión por la música con el acompañamiento de su hijo en un camino donde el ritmo, la familia y la vida cotidiana se entrelazan de manera armoniosa.
¿Cómo ha sido compartir este espacio musical con él?
Ema: para mí, es algo muy especial. El acompañamiento que tengo con mi hijo es mutuo. Cuando estamos juntos, siempre buscamos compartir momentos musicales, escuchamos temas con percusión y sacamos varios cortes. Es un intercambio constante, donde ambos aprendemos y crecemos. No es solo que yo le enseñe a él, sino que también él me inspira a mí. Esa energía compartida es lo que hace que cada momento sea único.
¡Qué hermosa conexión! Y en cuanto a la dinámica diaria, ¿cómo manejan los espacios entre la música y otras actividades?
Ema: nos organizamos bastante bien. Mi hijo, además de tocar la percusión, también juega al fútbol y al básquet. Tratamos de acompañarnos en todo lo que hacemos. Siempre estoy con él, siguiéndolo a donde sea que vaya, ya sea un partido o un ensayo. Hemos logrado equilibrar todo, y gracias a Dios, siempre encontramos tiempo para ensayar juntos. Antes solo me acompañaba, pero ahora compartimos los ensayos. Es una bendición.
Se siente la emoción en tus palabras. ¿Cómo es para ti ver la evolución de tu hijo en la música?
Ema: la verdad, lo veo increíblemente bien. Es un excelente niño, muy respetuoso y muy despierto. Cada vez que lo veo tocar, siento una alegría inmensa. No puedo evitar agradecer a Dios por haberme dado este talento y la oportunidad de compartirlo con él. Es un regalo poder brindarle lo que sé, pero lo más impresionante es que, aunque yo le enseñé un par de patrones básicos, él ha aprendido todo lo demás por sí mismo, solo escuchando. Hoy en día toca a un nivel que me sorprende y me llena de orgullo.
Debe ser un orgullo tremendo verlo desarrollarse de esa manera. ¿Cómo describirías el impacto que ha tenido la música en su vida y en la tuya?
Ema: la música ha sido un puente entre nosotros, una forma de comunicarnos más allá de las palabras. Nos conecta de una manera profunda. No se trata solo de tocar un instrumento, sino de entenderse a través del ritmo, de compartir momentos que trascienden lo cotidiano. Ha influido en nuestra relación y en cómo nos entendemos como padre e hijo. Y eso es algo que jamás daría por sentado.
La conexión que describís es poderosa. ¿Cómo te ves a ti mismo y a tu hijo en el futuro, en cuanto a la música?
Ema: me veo siempre a su lado, apoyándolo en cada paso que dé. La música seguirá siendo parte de nuestras vidas, estoy seguro de eso. Si él decide seguir este camino, estaré ahí para acompañarlo. Lo más importante es que él sea feliz con lo que hace y, si la música sigue siendo una parte fundamental de su vida, como lo ha sido para mí, entonces seguiremos creando, compartiendo y disfrutando juntos.
Es inspirador escucharte hablar con tanta pasión y dedicación, Ema. Muchas gracias por compartir con nosotros este pedacito de tu vida y de tu música.
Ema: gracias a ustedes por darme este espacio. Para mí es un placer poder hablar de esto, que es lo que me mueve cada día.
“Educar con conciencia es como componer una pieza musical: los padres son los directores de orquesta y sus hijos los músicos que aprenden a afinar sus notas.”