A Ernesto Sanz le sobra experiencia política y de conducción partidaria como para analizar no sólo la controvertida situación de la UCR sino también cómo un gobernador como Alfredo Cornejo se vincula con un libertario extremo en la línea del presidente Javier Milei.
Sin rodeos, el ex legislador nacional -que además fue uno de los fundadores de Juntos por el Cambio– marcó que a él no le gustaría estar en los zapatos del mandatario provincial.
«No quiero estar en los zapatos de Cornejo. Él es un socialdemócrata y entonces le cuesta mucho navegar por estas aguas de Milei donde tiene estas luces, que son una economía ordenadora, que a Mendoza le viene como anillo al dedo; porque comparto con Cornejo que si la macroeconomía se ordena en la Argentina, Mendoza va a volar. Pero, por otro lado, cuando a Cornejo, con esa vertiente socialdemócrata o radical, vos lo pones incómodo en temas institucionales, por supuesto que entra la crisis, como entraría yo», definió Sanz en el programa «Primeras Voces», de Radio Nihuil.
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El gran problema de identidad que atraviesa el radicalismo
El sanrafaelino marcó que uno de los grandes problemas del radicalismo actual es encontrar una identidad propia entre los extremos que marcan por un lado el kirchnerismo y por otro La Libertad Avanza.
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Tras el acompañamiento de los diputados radicales para avalar el veto contra la Movilidad Jubilatoria, el presidente Javier Milei invitó a un asado a los 87 diputados que lo respaldaron.
«El gran problema que hoy tiene el radicalismo, que no es propio de radicalismo sino de casi todas las fuerzas, es que desde que llegó Milei puso patas para arriba el sistema político, entonces está todo en discusión. Yo creo que el secreto es encontrar una identidad propia, encontrar la brújula», comenzó diciendo y amplió.
«Lo que no puede ocurrir es que vos trates de encontrar esa identidad propia referenciándote en los extremos que el país tiene, que son los dos extremos de un péndulo: el péndulo del populismo de izquierda o el estadocentrismo de los Kirchner que gobernó durante muchos años; o el otro extremo del péndulo que es el mercadocentrismo, la adoración del mercado como si el mercado todo lo pudiera resolver y que se asemeja por lo menos en términos institucionales a un populismo de derecha en mi opinión personal».
Según su visión, al quedar en medio de ese tironeo, el radicalismo termina siendo víctima de las propias chicanas internas, en donde hay sectores que se identifican más con alguno de esos extremos e incendian a los correligionarios que no se alinean con ellos.
De hecho, puso de ejemplo la tensión con los 5 diputados radicales que votaron a favor del veto de Milei.
«Con el tema de los legisladores rebeldes, las chicanas internas dentro del radicalismo son ‘vos estás más cerca de los K’ o ‘vos estás más cerca de Milei’, cuando en realidad el problema es esa identidad que cuesta much ¿Y por qué cuesta mucho? Bueno, porque para encontrar una identidad vos tenés que tener liderazgo, conducción; tenés que tener a alguien desde arriba que te ordene un camino», lanzó.
Es que para Sanz uno de los mayores problemas que arrastra la UCR en esto días es la falta de conducción. Sin rodeos le apuntó al presidente y senador nacional, Martín Losteau.
«Él eligió privilegiar una cuestión personal, una ambición. También una proyección geográficamente establecida en un punto del país: la Ciudad de Buenos Aires», marcó.
Y coincidió con Cornejo que este dilema de los diputados que votaron con los libertarios «no se resuelve sancionando, expulsando. Estoy totalmente de acuerdo con Cornejo en que esto se resuelve liderando, argumentando, convenciendo y disciplinando con el ejemplo en todo caso», insistió.
La discusión que viene: el Presupuesto 2025
Sanz tampoco se privó de opinar del próximo gran debate que probablemente dividirá el Congreso, que tiene que ver con el Presupuesto 2025.
El sanrafaelino vaticinó que «por primera vez en la vida va a haber, o por lo menos en muchísimo tiempo, una discusión presupuestaria de gran contenido ideológico, donde cada una de las fuerzas va a poder definir de qué lado está, cuál es su identidad», y añadió:
«Por primera vez el presupuesto no va a ser tratado en función de gastar para ver después cómo se financia. Es la regla general de todos los presupuestos hacia atrás. Era un festival de gastos donde cada uno traía su cajita feliz y la ponía dentro del presupuesto», recordó.