septiembre 18 12:48 2024 Imprimir noticia
La sexóloga Sonia Cometti alertó sobre los prejuicios en torno a esta temática. «El deseo sexual no desaparece cuando envejecemos, solo cambia», afirmó. La trampa del coitocentrismo como freno para acceder a una sexualidad más enriquecedora.
La sexualidad, en muchos sectores aún considerada como un tabú, es esencial en todas las etapas de la vida. Especialistas destacan que una vida sexual activa mejora la calidad de vida, la salud física y mental de las personas en general mientras que la falta de espacios de conversación y educación sexual adecuada sigue siendo un desafío que todavía no se abordó.
El sexo en la tercera edad es un tema poco visibilizado en la sociedad actual, pese a los avances de la edad moderna y el desplome de algunos prejuicios frente a temas tan humanos como la sexualidad, no se habla del que tal vez es uno de los aspectos más influyentes en la vida de las personas.
Sobre este tema habló en Riojavirtual Radio, la médica ginecóloga y obstetra, especialista en sexualidad y educación sexual integral, Sonia Cometti. «En general solemos quitarles a las personas mayores su poder de decisión, su poder de erotismo, de deseo. Es una etapa de la vida que está rodeada de prejuicios, muchas veces de discriminación. Pero la sexualidad abarca un montón de aspectos y no se limita a la genitalidad o a la reproducción. Hay que repensar la sexualidad de manera más integral», sostuvo Cometti.
La sexóloga dijo que el deseo sexual «no desaparece cuando envejecemos, sino que cambia». «Lo que pasa es que en esa etapa de la vida tendemos a reprimir los sentimientos de deseo porque no están aceptados en el mundo que nos rodea. El deseo no es que desaparece sino que cambia. Aquella persona que tenía una actividad sexual satisfactoria, estable, positiva la va a poder seguir manteniendo pero aquella que tenía una sexualidad pobre o coitocentrista, es decir, hablando específicamente de la penetración, quizá esa persona tenga menos herramientas para atravesar la sexualidad en la vejez. Pero el ser sexual va a seguir estando. De lo que se trata es de redescubrir una nueva sexualidad», afirmó.
En este punto, la especialista dijo que en la vejez pueden aparecer situaciones que signifiquen alguna complicación a la hora de tener sexo. «En las mujeres por ejemplo, puede aparecer dificultad o dolor con la penetración, puede cambiar el orgasmo y volverse menos intenso o menos frecuente. En el caso de los hombres puede aparecer dificultad en la erección, en la eyaculación, que los orgasmos sean más espaciados o que cueste mantener la erección. Acá lo importante es desarmar la sexualidad en cuanto a la penetración y al coitocentrismo para entenderla como un montón de variantes más que pueden aprenderse y practicarse», señaló.
Luego Cometti habló de los condicionamientos o mandatos sociales y su impacto en la educación sexual de las personas. «La de los adultos mayores no es una generación que no haya recibido educación sexual. Todos hemos recibido educación sexual, el tema está en qué educación recibimos. En esa generación se recibió educación sexual pero asociada al miedo, a la culpa, a la prohibición, o ligada solo al fin reproductivo, o la sexualidad solo heterosexual, la prohibición del goce, de poder expresar el propio deseo. Las personas no podían mostrarse deseantes o mostrarse como personas eróticas», indicó.
También se refirió al rol de los fármacos o productos que existen para mejorar la sexualidad. «Nunca hay una pastilla mágica que nos resuelva la sexualidad, el deseo. Puede haber suplementos que ayuden pero no es una pastilla mágica. El deseo, el vínculo se trabaja desde otro lugar, desde la parte psicoemocional, hay tratamiento por ejemplo para mujeres en el caso de la lubricación, o con terapia hormonal de reemplazo, con lubricantes. En el hombre el tema de la erección se puede tratar con fármacos pero siempre de la mano de una terapia que vaya acompañando el proceso», explicó.
Para Cometti «la clave para mantener una sexualidad saludable está en entender que la sexualidad implica afecto, compañía, ganas de vivir, contacto físico, contacto con nuestra propia autoestima y con nuestro cuerpo, los buenos vínculos con los demás. Si entendemos la sexualidad desde ese lugar y si le sacamos la presión al coito tendremos una sexualidad mucho más enriquecedora», aseguró.
La especialista sostuvo que es fundamental «eliminar el prejuicio social que tenemos y que niega a las personas mayores esta posibilidad de goce o de bienestar». «Y a esto hay que acompañarlo con actividad física, mantenernos activos, tener una buena alimentación, cuidar nuestra salud mental, tener una buena red de contención, tener un buen acceso a la salud en cuanto a control ginecológico, control urológico», completó.
La médica Cometti puede ser consultada en sus redes sociales: IG: @DRA.SONIACOMETTI; Facebook: Dra. Sonia Cometti; en su mail: dra.comettisonia@gmail.com, o bien en su WhatsApp: 11-2252-0182.
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