A los 42 años, Martín Demichelis vive el gran sueño de su vida luego de haberse retirado como futbolista: ser técnico de River. Está en el lugar que deseaba desde que empezó a hacer el curso de entrenador y a dirigir a las divisiones formativas del Bayern Múnich. Y ahora, se encuentra ante el partido más esperado. Micho afrontará el domingo en el Monumental su primer Superclásico.
Y es una prueba importante. No solo porque los partidos contra Boca marcan, sino porque River llega al encuentro ante su eterno rival en una situación insospechada hace apenas una semana, con un golpe duro en la Copa Libertadores, donde fue goleado 5 a 1 por Fluminense en Brasil.
Por eso, ante el primer revés importante desde que asumió como entrenador Millonario, Demichelis, además del trabajo futbolístico y táctico diario, apuntó en las últimas horas a tener charlas profundas con sus jugadores con la intención de levantarles el ánimo rápidamente.
Según pudo averiguar Clarín, hubo autocrítica, se repasaron los errores, y se comprometieron a redoblar esfuerzos para no bajar la intensidad y no perder la concentración en momentos claves para que no vuelva a suceder lo del martes en el Maracaná.
Entonces, con la intención de sacar afuera el fuego sagrado en el Superclásico, el mensaje de Demichelis hacia su plantel también fue direccionado a lo bueno que el equipo viene construyendo en la Liga y que por algo hubo tantos elogios en las últimas semanas.
Para Micho será su primer Superclásico como entrenador y ahora de traje y parado del otro lado de la línea de cal vivirá sensaciones que no tiene desde hace 20 años, cuando jugó su último encuentro ante Boca con la banda roja sobre el pecho.
Como su venta al Bayern Munich se dio rápida, a menos de dos años de su debut en Primera, Demichelis jugó apenas tres Superclásicos oficiales. El primero de ellos fue el 10 de marzo de 2002 en la Bombonera, cuando el equipo dirigido por Ramón Díaz goleó al del Maestro Tabárez por 3 a 0, la tarde de la vaselina de Ricardo Rojas. El actual entrenador Millonario ingresó a los 22 minutos del segundo tiempo en lugar de Víctor Zapara.
Y el tercero y último lo jugó el 1 de junio de 2003, en la Bombonera, y no le quedó un buen recuerdo porque fue expulsado a los 36 minutos del primer tiempo por Héctor Baldassi, luego de que Guillermo Barros Schelotto simulara una infracción que el árbitro compró y le sacó la segunda amarilla al marcador central. River ganaba 2 a 0 pero Boca lo levantó y terminó igualado 2 a 2.
A los 21 minutos del segundo tiempo, en el Mario Kempes de Córdoba, donde se jugó aquel amistoso de verano, el 30 de enero de 2002, el cual River ganó 1-0 con gol de Fernando Cavenaghi, Ramón Díaz mandó a Micho al campo de juego por Guillermo Pereyra para jugar como volante central (su puesto antes de convertirse en zaguero) y le ordenó perseguir al actual vicepresidente de Boca.
Lo curioso fue lo que sucedió tiempo después cuando se reencontraron en una concentración de Argentina. “En una de mis primeras citaciones a la Selección, un día Román me llamó y me dijo ‘vení, pibe’ y me hizo contarles a todos los compañeros los empujones y las cosas que le había hecho en aquel partido para ponerlo en dificultades. Se acordaba como si tuviera una computadora en la cabeza”, narró Demichelis.
El próximo capítulo comenzará a escribirse el próximo domingo, desde las 17.30 horas, en el estadio Monumental.