Se cumplieron seis meses del incendio del galpón abandonado en la zona del Bajo de la ciudad de Neuquén. Las tres partes involucradas recién ahora pudieron destrabar una solución definitiva que afectó a vecinos y estudiantes del barrio. En los próximos días, una empresa comenzará los trabajos para realizar el derrumbe tan demandado por la comunidad del barrio.
Una parte de la estructura que sostenía al techo de chapa se fue hacia abajo. Del otro lado, la pared de ladrillos no pudo aguantar el endeble equilibrio y cayó del lado del patio de la escuela.
Pese a que personas desconocidas retiraron todo el material que se podía reutilizar, por la falta de seguridad en el predio, aún quedan restos carcomidos por el fuego de calefactores, percheros y sillas.
Después de un mes sin clases, la escuela fue trasladada al Centro recreativo Nayahue hasta que se efectúe el derrumbe preventivo.
La Municipalidad de Neuquén no podía meterse en la propiedad privada porque el banco aseguraba que debía resolverlo su inquilino, que estaba a más de 500 kilómetros.
Finalmente, la justicia avaló el tan ansiado acuerdo: el banco financiará la obra de demolición, la sindicatura de la quiebra de Lucaioli se encargará de los trabajos y el municipio trabajará para acelerar los trámites.
También anunció que llegó parte de la donación monetaria que prometió la entidad bancaria a la escuela en concepto de responsabilidad empresarial social. Además de realizar una serie de protestas frente a la escuela y la Municipalidad, un grupo de padres protestó en el ingreso de la sucursal del Banco Galicia para reclamar la demolición del galpón.