Mariela González es una vecina de El Hoyo, vive a la vera de la ruta 40 a la altura de El Pedregoso, pero lejos de vivir una vida tranquila como uno supondría con tales paisajes de bosque, su vida en el último tiempo pasa a los saltos. ¿El motivo? Los constantes despistes de vehículos que transitan por la ruta 40 y han terminado en cinco oportunidades contra su casa. 

El último ocurrió el domingo pasado, cerca de las 14:30, cuando en medio de las intensas lluvias, una familia de Cholila que viajaba en un auto perdió el control y terminó contra el cerco del patio de su casa. 

“Por suerte no hubo personas lesionadas, aunque el auto terminó con un caño tubing dentro del motor. Pudo ser una verdadera tragedia”, contó la vecina. 

Y en este marco, recordó que “es la quinta vez que nos pasa y vamos a recurrir a la justicia para que interceda ante Vialidad Nacional. En forma urgente se necesita alguna medida paliativa antes de que haya un muerto”, sostuvo en diálogo con Jornada.

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Mariela precisó que a la altura del kilómetro 1891 y medio  «hay una ondulación en el asfalto que junta agua cuando llueve. Generalmente los autos vienen a gran velocidad porque es una recta y terminan despistando si no tienen buenos neumáticos. Lamentablemente, la propia inclinación de la banquina los lleva directamente hacia mi casa.”

Y reconoció que esta situación que se ha vuelto recurrente “es una preocupación permanente para nuestra familia cada vez que hay mal tiempo. No podemos dormir pensando que puede ocurrir un accidente. De igual manera, mis hijas y los animales siempre andan afuera y es un peligro.”

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“Esperamos que los funcionarios responsables de Vialidad Nacional tomen en cuenta esta situación y que haya alguna respuesta inmediata”, concluyó.

Con información de EQSNotas, redactada y editada por un periodista de ADNSUR