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Un aparente ataque israelí a una mezquita en el centro de Gaza mata al menos a 18 personas

DEIR AL-BALAH, Franja de Gaza (AP) — Al menos 18 personas murieron el domingo en el centro de Gaza en un aparente ataque israelí, según personal médico.

El ataque golpeó una mezquita que albergaba a personas desplazadas cerca del Hospital Mártires de Al-Aqsa en la localidad de Deir al-Balah, según dijo el hospital en un comunicado.

Un periodista de Associated Press contó los cuerpos en la morgue del hospital. Registros hospitalarios mostraban que todos los muertos eran hombres. Otros dos hombres heridos estaban críticos, según el hospital.

El Ejército israelí no hizo comentarios en un primer momento sobre el ataque a la mezquita.

Los nuevos ataques incrementaban la alta cifra de muertos palestinos en Gaza, que se acerca a las 42.000 personas, según el Ministerio palestino de Salud. El ministerio no distingue entre civiles y milicianos, pero muchos de los muertos eran mujeres y niños.

El ataque se produjo el domingo por la mañana, después de que Israel bombardeara Líbano el sábado en ataques contra combatientes de Hezbolla y Hamás.

Miles de personas en Líbano, incluidos refugiados palestinos, seguían huyendo del conflicto que crece en la región, mientras se celebraban marchas en todo el mundo antes del primer aniversario del inicio de la guerra en Gaza.

Las fuertes explosiones comenzaron cerca de la medianoche y continuaron hasta el domingo luego que el ejército de Israel instó a los residentes a evacuar áreas en Dahiyeh, el conjunto de suburbios predominantemente chiíes en el extremo sur de Beirut. Un video de The Associated Press mostró explosiones iluminando los populosos suburbios del sur, donde Hezbollah tiene una fuerte presencia. Se registraron tras un día de ataques esporádicos y el zumbido casi continuo de drones de reconocimiento.

El ejército de Israel confirmó que estaba atacando objetivos cerca de Beirut y afirmó que unos 30 proyectiles habían cruzado desde el Líbano hacia territorio israelí, algunos de los cuales fueron interceptados.

Según reportes, los ataques tuvieron como objetivo un edificio cerca de una carretera que conduce al único aeropuerto internacional del Líbano y otro edificio anteriormente utilizado por la emisora ​​Al-Manar, dirigida por Hezbollah. Publicaciones en las redes sociales afirmaron que uno de los ataques alcanzó una instalación de almacenamiento de tanques de oxígeno, pero esto fue posteriormente negado por el propietario de la empresa, Khaled Kaddouha.

Poco después, Hezbollah informó a través de un comunicado que había atacado con éxito a un grupo de soldados israelíes cerca del asentamiento de Manara, en el norte de Israel, “con una gran andanada de cohetes que los alcanzó con precisión”.

El sábado, el ataque israelí contra el campamento de refugiados de Beddawi, cerca de la ciudad norteña de Trípoli, mató a un dirigente del ala militar de Hamás, junto con su esposa y sus hijas pequeñas, explicó el grupo insurgente palestino en un comunicado. Hamás indicó posteriormente que otro miembro de su ala militar murió en un atentado israelí en el valle de Bekaa, en el este de Líbano. Entre los daños se evidenciaron edificios destrozados, ladrillos esparcidos y escaleras que conducían a ninguna parte.

Israel ha matado a varios oficiales del ala militar de Hamás en Líbano desde el inicio de la guerra contra el grupo insurgente, además de a la mayoría de los principales líderes del grupo político-paramilitar Hezbollah en un momento en que la intensidad de los combates ha aumentado marcadamente.

Al menos 1.400 personas, incluyendo civiles, personal médico y combatientes de Hezbollah, han muerto y alrededor de 1,2 millones han tenido que abandonar sus hogares en menos de dos semanas. Israel afirma que sus ataques están dirigidos a los comandantes y al equipo militar de Hezbollah, y que su objetivo es alejar al grupo de la frontera mutua.

Hezbollah, la fuerza armada más poderosa del Líbano que, además cuenta con el respaldo de Irán, comenzó a lanzar cohetes contra Israel casi inmediatamente después del ataque perpetrado por Hamás el 7 de octubre, afirmando que era una muestra de apoyo a los palestinos. Hezbollah y el ejército israelí han intercambiado fuego casi a diario.

La semana pasada, Israel puso en marcha lo que denominó una operación limitada por tierra en el sur de Líbano, tras una serie de ataques en que murieron el líder de Hezbollah, Hassan Nasrallah, y otras personas. Los combates son los más sangrientos desde que Israel y Hezbollah libraron una breve guerra en 2006. Nueve soldados israelíes han muerto en los intensos enfrentamientos en tierra en que, según Israel, han sido abatidos 440 combatientes de Hezbollah.

El ministro de Relaciones Exteriores de Irán, Abbas Araghchi, dijo a reporteros en Damasco que “tratamos de lograr un cese al fuego en Gaza y Líbano”. El ministro no mencionó a los países que han presentado iniciativas, y dijo que entre ellos hay estados de la región y algunos que no son de Oriente Medio.

Araghchi hizo estas declaraciones un día después que el líder supremo de Irán elogiara los recientes ataques con misiles de ese país contra Israel, y dijera que la nación está preparada para volverlo a hacer si es necesario.

El sábado por la noche, el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu declaró que “Israel tiene el deber y el derecho de defenderse y responder a estos ataques, y así lo hará”. Sobre el Líbano, advirtió que “aún no hemos terminado”.

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Magdy informó desde El Cairo, Egipto.