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Demoraron a un policía de la provincia de San Luis y a otros dos cuatreros por faenar y robar una vaca


Los tres fueron demorados en la ruta 3, a bordo de una camioneta. Cuando advirtieron un control policial, se dieron a la fuga, pero dos kilómetros después fueron detenidos.

La noche del lunes, casi la medianoche de este martes, terminó mal para un grupo de cuatreros que salieron rumbo a un campo del sur de Unión, en busca de una vaca que faenar y robar. Unos policías que realizaban un control en la zona los interceptaron en la ruta. Les hallaron armas y un animal vacuno totalmente mutilado en la caja de la camioneta. Pero eso no fue lo más sorprendente de todo, sino que fue descubrir que uno de los ladrones de ganado era nada más y nada menos que otro miembro de la Fuerza, un policía de la Brigada Ecológica.

Los tres fueron demorados por abigeato. Según confirmaron un par de fuentes, el efectivo aprehendido es de apellido Julián, lo apodan “Turco”, tiene 39 años y el lunes estaba de franco de servicio. Los otros hombres fueron identificados como Gómez, de 27 años, y Suárez, de 28.

El personal de la Comisaría Destacamento 21° de Unión hacía operativos en distintos puntos estratégicos de la zona rural. Uno de esos lugares era la ruta provincial 3, a unos ocho kilómetros al sur de Unión.

Alrededor de las 23, una camioneta Ford F100 roja con blanco, con tres ocupantes, que debía pasar por ese tramo de la ruta, evadió el control y pasó de largo. Pero la fuga duró poco, porque a dos kilómetros de allí lograron detener su marcha.

Cuando el personal policial revisó la camioneta, encontró, en la caja, una vaca faenada. El animal de pelaje negro no tenía cabeza ni vísceras. En una butaca hallaron una carabina calibre 22, con mira telescópica y cargada con cuatro proyectiles, dos handies, dos cuchillos y una hacha pequeña.

Cuando los efectivos les preguntaron por lo que tenían en el rodado, Julián, Gómez y Juárez respondieron de manera evasiva y sin poder explicar qué hacían ahí con el animal mutilado y las armas.

Para algunos no es ninguna rareza que en dicho abigeato esté involucrado un policía o, en el menor de los casos, un familiar de ellos. La caza, ilegal o no, es la actividad preferida de la zona. De hecho, hay un dicho en el sur de la provincia: el que no caza juega al fútbol.