lunes, 14 de octubre de 2024 16:40
Geoffrey Hinton, tiene 76 años y es profesor emérito de la Universidad de Toronto Canadá, recibió el premio Nobel de Química junto a John Hopfield por sus “descubrimientos e invenciones fundamentales que permiten el aprendizaje automático con redes neuronales artificiales”. Los descubrimientos de estos investigadores facilitaron el desarrollo de los grandes modelos de lenguaje actuales, como ChatGPT y otros chatbots.
Un medio internacional se comunicó con el especialista en Inteligencia Artificial cercano al profesor, Sebastián Di Doménica, quien contó que Geoffrey Hinton es un precursor del aprendizaje automático, analizando cómo los seres vivos, a través de sus cerebros, siguen recorridos neuronales que van desde una situación inicial hasta una resolución.
El objetivo de Hinton fue recrear estos procesos neuronales en máquinas, recordando que la inteligencia artificial, a pesar de su nombre, no es realmente «inteligente» sino que, “simplemente gestiona información sin comprenderla, mientras que los humanos construimos conocimiento a partir de experiencias”, advirtió Sebastián.
Di Doménica amplió que los científicos trabajaron para imitar la memoria y el aprendizaje de manera artificial, lo que dio origen “a las redes neuronales artificiales y al machine learning”. Y destacó que con el avance de la nube, estas redes mejoraron significativamente, “ya que ahora pueden acceder a enormes cantidades de datos, funcionando como si tuvieran una memoria humana”.
Agregó inclusive, que en el inició de la Inteligencia Artificial, mencionó que Hinton, fue colaborador en diversas universidades y buscó apoyo para investigar la Inteligencia Artificial en un momento en que el tema no despertaba mucho interés. Y remarcó que a pesar de la falta de apoyo inicial, logró que la Universidad de Toronto le permitiera seguir su investigación, expresó Di Doménica.
Sin embargo, en 2013 Google adquirió DNNresearch, la empresa de Hinton. Con esa adquisición el científico pasó a formar parte de las filas de Google y comenzó a trabajar en proyectos vinculados a la IA. Duró una década, porque en 2023 dejó la empresa por los peligros que podría acarrear el desarrollo de este tipo de tecnologías. Incluso, se consuela “con la excusa normal: si no hubiese sido yo, otro lo habría hecho”.
En ese momento, Hinton aseguró que “es muy difícil ver cómo se puede evitar que los malos actores la usen para cosas malas”. No solo eso, la velocidad en la evolución de este tipo de sistemas lo mantiene en vilo: “Mirá cómo era hace cinco años y cómo es ahora. Tomá la diferencia y propagála hacia adelante. Eso asusta”.
Esa inteligencia artificial es la que, según Hinton, podría controlar a la raza humana. “Serán capaces de manipular y de convencer a la gente, porque habrán aprendido de todas las novelas que se hayan escrito. Todos los libros de Maquiavelo, todas las confabulaciones políticas, sabrán todo eso. Sabrán cómo hacerlo”, dijo en una entrevista ante la CBS.
Y ahora que ganó el Nobel las cosas no cambiaron para Hinton, porque en sus primeras declaraciones tomó el guante y siguió con sus críticas: “Me preocupa que el resultado general de esto pueda ser que sistemas más inteligentes que nosotros acaben tomando el control”.