Una nutrida columna encabezada por Lila Aguerre marchó este jueves 17 por el centro de la ciudad de Neuquén para reclamar respuestas en la investigación de la desaparición de Luciana Antonella Muñoz Aguerre, de quien nada se sabe desde el 13 de julio, cuando salió de su casa en el barrio Gran Neuquén.

La concentración se efectuó en el monumento a San Martín. A las seis y media de la tarde, la columna marchó por la avenida Argentina, integrada por familiares y allegados a Luciana, y por organizaciones sociales, gremiales y políticas que acompañan el reclamo por su aparición con vida.

La abuela de Luciana agradeció el acompañamiento en la marcha y convocó para el próximo martes 22 a las siete de la tarde a un encuentro que se realizará en Reconquista y Olivares, detrás del hospital Heller. “Esperamos contar con alguien de la Justicia para que nos cuente qué se está haciendo para encontrar a Luciana que nos falta hace 94 días”, dijo.

Lila Aguerre, mamá de Luciana, también agradeció a quienes participan de las marchas y acompañan las acciones que se desarrollan para la búsqueda. Asimismo, aseguró: “No vamos a bajarlos brazos. Vamos a seguir pidiendo Justicia y aparición con vida de Luciana”.

Luciana Muñoz fue vista por última vez el 13 de julio pasado, alrededor de las siete de la mañana, cuando salió de su casa en el barrio Gran Neuquén, para encontrarse con un conocido. Su madre, Lila Aguirre, radicó la denuncia por su desaparición el 16 de julio.

A partir de ese día, la fiscalía de Graves Atentados contra las Personas y la Policía dispusieron tareas de búsqueda, con rastrillajes que se centraron en la meseta, el análisis de unas 360 horas de video de cámaras de seguridad particulares y el contenido de 23 domos púbicos con más de 800 horas de grabación. Ninguna de esas cámaras aportó elementos que sirvan para orientar la búsqueda.

Luego de transitar la investigación por varias hipótesis, la fiscalía ordenó la detención de Maximiliano Avilés, un barbero del barrio Parque Industrial, con quien Luciana tuvo una relación de pareja.

Avilés quedó imputado en prisión domiciliaria por haber mentido dos veces en sus declaraciones: sobre cuánto tiempo hacía que no veía a Luciana –con base en la fecha de desaparición- y qué había hecho ese 13 de julio. Mintió sobre esos dos aspectos.

Tras comparar su declaración con otras pruebas y con lo que indicaron otros testigos, los investigadores concluyeron que mintió sobre el tiempo que dijo que llevaba sin ver a la joven, previo a su desaparición —aseguró que había pasado cerca de un mes y medio—.

También, según la fiscalía, mintió cuando se lo consultó sobre la actividad que realizó el fin de semana del 13 de julio, cuando desapareció Luciana. En ese punto, afirmó que estuvo tres días sin salir de su casa, pero la geolocalización de su teléfono celular lo detectó en un recorrido de 7,5 kilómetros en 11 minutos durante esa mañana.