En una noche marcada por el ritmo de las rancheras, el folklore cuyano y argentino propuesto por ‘Los del árbol’ resaltó el fin de semana pasado en la Fiesta de la Chica y el Tomillo en Sierras de Chávez. Y si a eso se le agrega el sentimiento que une a sus integrantes, el trío se vuelve más interesante.
Arturo Fernández es padre de Joaquín y Facundo y desde hace 8 años forman este grupo con un marcado e histórico legado musical. “Venimos de familia de cantores y guitarreros”, comentó el progenitor, quien se subió por primera vez a un escenario cuando tenía 18 años, es decir, unas cuantas décadas atrás.
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Cuando sus retoños cumplieron “los 5 o 6 años les pasé las primeras notas. Fueron aprendiendo y después me superaron. Salieron muy buenos. En este tiempo hemos tenido la fortuna de haber grabado un disco, de los cuales siete temas son de mi autoría”.
Al ser consultado por los sentimientos que lo invaden al compartir escenario con sus hijos, Arturo aseguró: “No se pude explicar. He tenido la suerte de subir a escenarios con artistas de mucho nivel, pero cuando lo hice por primera vez con mis hijos sentía chuchos en la espalda. Es una mezcla de sensaciones”.
“Siempre nos juntamos a tocar en fiesta o cumpleaños. Yo creo que no somos más populares por la música que hacemos. No es que el folklore esté mal mirado, sino que no tiene la misma capacidad de llegada. Siempre tratamos en lo posible de cantar algo de Cuyo a dónde vamos”, agregó Fernández, quien fue algo más claro al comentar la elección del nombre del grupo: “’Los del árbol’ sale porque a mi padre le gustaban mucho los árboles. Él me decía que si uno corta un árbol debe plantar diez. Yo he plantado como 100 a lo largo de mi vida”.
En este tiempo hemos tenido la fortuna de haber grabado un disco, de los cuales siete temas son de mi autoría En este tiempo hemos tenido la fortuna de haber grabado un disco, de los cuales siete temas son de mi autoría
Interpelado sobre cómo surge la inspiración al momento de componer, la primera voz del trío afirmó: “La bohemia llega de distintas maneras, en mi caso soy más de las vivencias, de las cosas que se hacían, de los relatos que uno va conociendo. Ahí voy explotando mi impronta. A veces un tema ha salido en dos horas y hay otros que todavía no los termino”.
Fernández también sacó a relucir un episodio de su vida que lo hace sentir muy orgulloso de su pluma: “Tengo la suerte de tener una piedra en una plazoleta del departamento en la que se rinde homenaje al marinero Julo César Cuello, nuestro héroe de Malvinas. Yo le dediqué unas palabras. Fue declarado de interés cultural y se enseña en las escuelas. Puedo decir que voy a irme de este mundo dejando un legado”.