Si bien el mes internacional que trabaja y concientiza sobre la salud de las mujeres es el mes de mayo, cuando llega octubre y todo se tiñe de rosa en función de alertar sobre el cáncer de mama, la salud ginecológica de las mujeres entra en jaque y se comienza a hablar un poco más sobre las particularidades de atravesar distintas etapas de la vida reproductiva, síntomas, problemas, etc. En eso, también se habla de la menopausia: una palabra tabú.
Sandra Córdoba es médica especialista en tocoginecología (MP 5889), y en el Día Mundial de la Menopausia, el pasado 18 de octubre, conversó con eltucumano para despejar dudas sobre este momento de la vida de las mujeres: “Para decir que oficialmente una mujer está en etapa menopáusica, podemos tomar por indicador la ausencia de la menstruación por un año completo. Pero eso no es todo. Es importante hablar de esta etapa porque hay todo un cambio del organismo y emocional en las mujeres. Desde un punto de vista biológico, no es una enfermedad, sino que es fisiológico. Lo que pasa es que empieza a claudicar la función ovárica” detalló.
Hablar de menopausia implica para muchas mujeres el silencio, un silencio enseñado que puede venir acompañado de vergüenza, de desinformación, o de tristezas. Pero… ¿Por qué un silencio enseñado? cultural e históricamente hablando, gran parte de las mujeres más adultas no han tenido herramientas verbales o simbólicas para hablar con sus hijas sobre los cambios físicos que se aproximaban. Por eso, la gran mayoría desconocemos que la primera y la última menstruación de una mujer, está sincronizada con los tiempos que manejaron su mamá, su abuela, su bisabuela, y todo el linaje femenino del cual descienden biológicamente: “La menarca puede llegar desde los 12 años, y la menopausia a partir de los 45. Si llegara antes es considerado una menopausia precoz. Una buena manera de adelantarse a los síntomas para que no te tomen por sorpresa es conocer la edad en la cual a tu mamá le pasó lo mismo. A vos te va a suceder más o menos a la misma edad que a ella, tanto la primera como la última de las menstruaciones”.
Hasta que llega ese último y definitivo sangrado menstrual, se producen de manera irregular los últimos períodos femeninos. Estos sangrados irregulares se acompañan junto a los cambios físicos que indican una desaceleración del metabolismo (generalmente acompañada de la ganancia de 5 kg en promedio), cambios de humor, tuforadas de calor, cansancio, mal humor… intensidades distintas que (lamentablemente) no tienen una duración exacta: “Pueden durar tres meses o años los síntomas, es todo relativo a la mujer. Lo importante es que sepa que deben continuar cuidándose si no quieren tener un embarazo de alto riesgo. Constantemente recibo embarazadas de más de cuarenta años que no se estaban cuidando porque pensaban que ya estaban en menopausia y sin saberlo se embarazan, con todos los riesgos que implica tener un bebé pasando los 40 años”, explicó la Dra. Córdoba.
“Me parece súper importante poder hablar de la menopausia para que la mujer se concientice sobre los controles médicos. Tienen que hacerse todos los estudios porque cuando el metabolismo se desacelera, la pérdida de peso es algo menor. Lo grave de estos cambios hormonales es que muchas patologías dormidas se despiertan. Por eso también cuando me vienen a ver al consultorio por estos síntomas aprovecho y les hago todos los estudios de rutina, incluida la mamografía”.
Atravesar las cinco etapas de la vida fértil de una mujer para culminar en una última menstruación, puede generar un fuerte impacto emocional. Por eso, cuando no se acepta o no se toma en cuenta que esto es fisiológico y es únicamente una etapa más de la vida de la mujer, puede haber algunos problemas sociales y familiares: “Muchas pacientes llegan a consultorio con un marido enojado, angustiado, o confundido. Me dicen cosas como ‘doctora, ella está mala, no era así, nos trata mal a todos en casa’. Tienen que entender que para una mujer no es fácil arrancar una nueva etapa de la vida en donde tiene las hormonas revolucionadas, donde perdió gran parte de la libido porque dejó de ovular, donde tiene cambios de humor y muchas veces acompañados de la crianza de hijos adolescentes, no es fácil y es normal que tenga reacciones muy exageradas” remarcó.
¿Cómo nos preparamos para recibir la llegada de esta etapa?
Lo cierto es que a toda mujer le va a llegar el momento de atravesar el climaterio. El único “preview” que puede tener, es el de haber hablado al respecto con su mamá. Sino, simplemente queda esperar y buscar que el tránsito a su nueva etapa sea calmo. “No hay manera de prepararse, pero lo que siempre decimos en la medicina, es que uno envejece como vivió. Si tratas bien al cuerpo, vemos que el envejecimiento también va a ser mejor. Mejor piel, corazón, mejor tubo digestivo. El reloj biológico se cumple a rajatabla. También quiero destacar que, si bien muchos procesos menopaúsicos requieren de cierto tratamiento, hay una gran mayoría que no. Se lo puede atravesar de manera natural. Por otro lado, sepan que si tienen problemas de hipotiroidismo se aumentan las posibilidades de tener una menopausia precoz. En cualquier caso, si los síntomas comiencen antes de los 45, sí o sí se indica un tratamiento” expresó la profesional de la salud.
María (47) nunca quiso ser madre, sin embargo, cuando supo que había comenzado su proceso menopáusico sintió una angustia que no podía poner en palabras: “Supe que ya no era una posibilidad, que algo había cambiado en mí. Me entristeció de una manera inexplicable”. Otra experiencia es el caso de Susana, que asegura a sus 58 años que las tuforadas le provocaron muchas peleas con sus hijos: “A mis hijos y a mis nueras les contesté mal tantas veces mientras pasaba los calores. Afortunadamente me comprendían. Me ponía totalmente colorada y me quería arrancar la ropa de un segundo a otro, no aguantaba que me digan nada. Afortunadamente ya pasó”.
Rosario tiene su punto de vista también sobre esta etapa, que ya atravesó hace varios años y que hoy puede mirar desde lejos y con otra visión: “Es una etapa más de la vida completa de una mujer. Con la palabra menopausia socialmente, medicamente, el paradigma de antes nos marcaba que ya perdíamos la belleza de la esencia de ser mujer. Y ahí radica la diferencia con el ahora para mí. Tenemos que poder vernos completas con las distintas etapas de ser una mujer, ver cada etapa como el pétalo de una flor. En la menopausia hay que abrir las alas y apropiarnos de la sabiduría, porque es eso, hay que ver más allá de los bochornos y tuforadas, más allá de que ya no se menstrúa, de que no hay acompañamiento, porque no tenemos esa educación de acompañar y las parejas e hijos tampoco saben hacerlo” opinó.
“Es importante que el hombre acompañe, que esté presente, sepan que hay un buen sexo también ahí. Muchas veces no sabemos acompañar o sostener a la mujer menopáusica. Para mí, es cuando la mujer aprende a ser sabia, porque ya lo dio todo. Ahora tiene que ver su propia vida y como se vincula desde otros lujares. Hay que aprender a hacer eso”.
Silvia recuerda los almuerzos invernales con ventilador que la familia sufría, pero que no cuestionaba durante el climaterio de su mamá: “Yo volvía de la escuela y me abrigaba para sentarme a almorzar. Todos con camperas y mi mamá de remera con el ventilador prendido. Nunca nos enojamos con ella, nos daba pena ver cómo sufría esos calores”.
Por otro lado, Ana (57), quien se practicó una histerectomía a sus 42 años, estaba convencida de que no iba a atravesar la menopausia, por eso, cuando los cambios de humor y calores llegaron pasando los 50, se sorprendió mucho: “Yo entendía que de alguna manera esos síntomas no los iba a tener porque me habían sacado útero, ovarios, todo. No fue así”.
Finalmente, la doctora Córdoba dejó un mensaje para quienes se acercan o quienes atraviesan esta etapa: “Deben priorizarse las mujeres porque noto que primero priorizan la familia. Basta de dejarse para el final, háganse todos los controles. Después estarán presentes y óptimas para acompañar al grupo familiar. Control una vez al año sí o sí. La familia debe entender y acompañar a esta etapa fisiológica, insistir a sus madres en los controles, pero también entender que no es que la mamá está ‘mala’. Hay que entender y acompañar esta etapa que no es fácil para las mujeres. Son sentimientos y emociones que las superan. Es una etapa paulatina que va acentuando los cambios y es hasta que se vuelven a encontrar. Siempre es la recomendación de comida sana, tomar líquido, hacer actividad física, preparación para la menopausia, es lo mismo que se indica a todos los pacientes. A las mujeres les digo que, si tienen la oportunidad, charlen con sus mamás para saber cuándo les va a tocar atravesar esta etapa”.