El Ficus es una de las plantas más populares en la jardinería, pero también una de las que más preocupaciones genera entre los principiantes cuando comienza a perder sus hojas. Sin embargo, este fenómeno es completamente natural y tiene solución. Con la llegada de la primavera, muchas especies vegetales atraviesan cambios importantes, y tu Ficus no es la excepción. En esta nota, te mostramos cómo podés revitalizar tu planta con dos sencillos pasos y sin necesidad de invertir en costosos productos de vivero.
La pérdida de hojas en el Ficus suele ser parte del proceso de adaptación de la planta, especialmente en la transición entre estaciones. Durante el invierno, las plantas pueden experimentar una ralentización en su crecimiento debido a la falta de luz natural y a las bajas temperaturas. Cuando la primavera comienza, es común que muchas de estas plantas, entre ellas el Ficus, atraviesen una etapa de renovación, perdiendo sus hojas más viejas para dar lugar a nuevo follaje.
Esta caída de hojas puede preocupar a quienes no están familiarizados con el ciclo natural de la planta. Pero no te desesperes, ya que con los cuidados adecuados tu Ficus puede recuperar su vitalidad y lucir espléndido durante los meses más cálidos del año. Aquí te explicamos cómo hacerlo.
Punto por punto: qué hacer para que el ficus «reviva»:
El primer paso: cortar las partes secas
El primer consejo fundamental para recuperar tu Ficus es la poda. Las ramas secas o amarillentas no solo le quitan estética a la planta, sino que también le restan energía, impidiendo su recuperación. Para este paso, necesitarás una tijera de podar bien afilada. Debés concentrarte en eliminar aquellas hojas y ramas que estén visiblemente secas o que hayan perdido su color verde intenso.
El segundo paso: fertilización natural y económica
Una vez que hayas podado las partes secas de la planta, el siguiente paso es proporcionarle nutrientes que la ayuden a fortalecerse. Aquí es donde entra en juego un fertilizante casero y económico: el humus de lombriz. Este fertilizante natural es una excelente opción para revitalizar las plantas, ya que es rico en nutrientes y completamente ecológico.
Si no tenés acceso a humus de lombriz, no te preocupes. Podés optar por cualquier otro fertilizante que tengas en casa, preferentemente uno que contenga nitrofosfato, un compuesto que promueve el crecimiento de las raíces y el follaje. Aplicá una pequeña cantidad de fertilizante alrededor de la base de la planta y asegurate de regar bien después de hacerlo para que los nutrientes se distribuyan uniformemente en el suelo.
Es recomendable repetir este proceso de fertilización cada dos semanas durante los primeros dos meses, especialmente al inicio de la primavera. Con el tiempo, notarás cómo tu Ficus comienza a recuperar sus hojas y a desarrollar nuevas ramas más vigorosas.
Cuidados adicionales para mantener tu Ficus sano
Además de la poda y la fertilización, hay otros cuidados que podés tener en cuenta para asegurarte de que tu Ficus se mantenga saludable a lo largo del año. Acá te dejamos algunos consejos adicionales:
1. Luz adecuada El Ficus es una planta que necesita una buena cantidad de luz natural para prosperar, pero no debe estar expuesto directamente al sol durante largas horas, ya que esto puede quemar sus hojas. Lo ideal es colocar la planta cerca de una ventana donde reciba luz indirecta. Si lo tenés en el exterior, asegurate de que esté en un lugar con sombra parcial.
2. Riego moderado Otro aspecto fundamental en el cuidado del Ficus es el riego. A diferencia de otras plantas, el Ficus no necesita grandes cantidades de agua. Es preferible regar con moderación, dejando que la tierra se seque entre riegos. Un exceso de agua puede provocar que las raíces se pudran, lo que afectaría seriamente la salud de la planta.
3. Humedad ambiental El Ficus es una planta tropical, lo que significa que disfruta de ambientes con buena humedad. Si vivís en una zona donde el clima es muy seco, podés aumentar la humedad alrededor de la planta rociando agua sobre sus hojas o colocando un recipiente con agua cerca de la maceta. Esto ayudará a que la planta mantenga sus niveles de humedad adecuados y evite que las hojas se sequen.
4. Cambio de maceta Si tu Ficus ha crecido considerablemente y notás que las raíces comienzan a sobresalir por los agujeros de drenaje de la maceta, es hora de transplantarlo a un recipiente más grande. Esto le dará más espacio para expandir sus raíces y continuará creciendo de manera saludable.
Recuperar un Ficus que ha perdido sus hojas puede parecer un desafío, pero es un proceso completamente natural y, con los cuidados adecuados, lograrás que vuelva a lucir frondoso y saludable. No es necesario gastar grandes sumas de dinero en productos comerciales. Con unas simples tijeras de podar y un fertilizante casero, podés hacer maravillas por tu planta.
Además, el cuidado de las plantas como el Ficus no solo es beneficioso para el jardín, sino que también brinda una sensación de satisfacción personal al ver cómo una planta que parecía decaída vuelve a florecer con vigor.
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