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Pese al quiebre en la relación, Kicillof sigue diciendo que Cristina es su jefa y canaliza su enojo con La Cámpora

Tomar distancia y resistir la presión, sin romper. En la etapa de definiciones sobre la interna del PJ, y luego del reencuentro en La Plata en el que quedaron expuestas la frialdad y la tensión en la relación, Axel Kicillof busca bajar la confrontación con Cristina Kirchner. El gobernador asegura que se mantiene bajo la conducción de la ex presidenta, pese al silencio sobre su postulación partidaria, aunque reclama que active una negociación con Ricardo Quintela para evitar la elección y una mayor confrontación en el peronismo.

El homenaje por el 47° aniversario de Abuelas de Plaza de Mayo posibilitó una coincidencia a la vez que exhibió la incomodidad durante el acto, con Estela de Carlotto entre ambos e intentando acercarlos sin éxito. El cantito de “Cristina presidenta” ratificó que la presencia compartida en el Teatro Argentino no implicaba ni siquiera una tregua.

No hablaban -no hablan, porque esta vez no hubo charla- desde el 25 de septiembre, cuando Cristina llamó a Kicillof para saludarlo por su cumpleaños. En un mes pasó de todo: ella se lanzó a la presidencia del PJ y él no la respaldó, lo que generó la presión de referentes kirchneristas y la descarga de la ex presidenta en una reunión cerrada, en la que aludió a Judas y a Poncio Pilatos: “Los traidores en el peronismo no van más”.

Luego José Mayans, Mariel Fernández y Juan Manuel Olmos, los tres alineados con la ex presidenta, salieron a decir que las referencias bíblicas estaban dirigidas a gobernadores y legisladores con sintonía con el Gobierno como Osvaldo Jaldo y Raúl Jalil. Como fuera, más que el silencio de Kicillof molestaron sus movimientos con mensajes de autonomía de cara a la próxima etapa del espacio y al proceso electoral de 2025.

Primero en el acto en Berisso, rodeado de intendentes y funcionarios enfrentados con La Cámpora, llamó a construir un proyecto político “superador” del kirchnerismo. Luego en una carta reclamó por el “poco acompañamiento” de un sector del espacio a su gestión y cuestionó la dialéctica del “sometido o traidor”: “Es una lógica que entró en crisis y que viene causando malos resultados”. En ambos casos mechó elogios y guiños a Cristina.

Axel Kicillof, en el acto en Berisso con el ministro Andrés Larroque y los intendentes Fabián Cagliardi, Mario Secco y Jorge Ferraresi. Foto: Fernando de la Orden.Axel Kicillof, en el acto en Berisso con el ministro Andrés Larroque y los intendentes Fabián Cagliardi, Mario Secco y Jorge Ferraresi. Foto: Fernando de la Orden.Pese al quiebre de la relación, Kicillof sostiene que la ex presidenta sigue siendo su conductora política y también insiste en diferenciarla de su confrontación con Máximo Kirchner. “No igualamos a Cristina con La Cámpora. Ella es la jefa de todos. Nuestra lealtad al proyecto político del kirchnerismo es inalterable. Siempre va a ser con Cristina”, aseguraron en La Plata el día después del acto que expuso la distancia.

¿Cómo se explica que si considera a la ex mandataria su conductora no la apoye para la jefatura del PJ? “Axel no es un felpudo que habla en los términos que ellos pretenden. Si esperan que se someta a decir lo que indican Mayra Mendoza o (Oscar) Parrilli, que se olviden”, insistieron con dirigir la pulseada al entorno más próximo de Cristina, más allá de que en las últimas semanas esos límites fueron quedando más difusos desde ambos lados.

Kicillof viene reclamando un acuerdo para que no haya elecciones en el PJ. “Todavía hay tiempo, pero no están haciendo nada para que suceda”, marcaron en La Plata, convencidos de que Quintela aceptaría una propuesta en un esquema “de unidad y no a fuerza de sometimiento”. En ese punto otra vez los pases de factura se dirigieron a Máximo Kirchner y también a Wado de Pedro: “Son los que le habían dicho que caminara porque no les interesaba el PJ. Ahora podrían llamarlo”.

Del lado de Cristina señalaron a Kicillof como uno de los principales fogoneros de la postulación del gobernador riojano, en conjunto con dirigentes denostados por el Instituto Patria como Osvaldo Jaldo, Juan Schiaretti, Carlos Rovira, Ramón Puerta e incluso Mauricio Macri.

“¿Por qué él no le pide a Quintela que nos llame, si es su candidato?”, replicó un dirigente del círculo más cercano a la ex presidenta, y ubicó el acto del 17 de octubre en Berisso como el punto de inflexión en la relación con el mandatario bonaerense: “No la apoyó para la conducción del PJ y la puso en el pasado. Está claro que ya no es su jefa, por los hechos, más allá de lo que diga”.