Lorena Zarranz vuelve a casa. Nacida en Roca, pero radicada desde hace más de veinte años en Francia, este fin de semana la música formada en el INSA, ahora IUPA, se presentará con el trío que lleva su nombre: este viernes, a las 20.30, en el Complejo Cultural Cipolletti, con entrada general a $10.000; y mañana sábado, a las 21, en Casa de la Cultura de Roca, con entradas anticipadas a $8.000 y en puerta a $12.000.
Lorena Zarranz Trío se completa con los virtuosos músicos franceses Jean-Noel Rohé, en bajo; y
Jonathan Haessler, en batería. Lorena lidera la formación en guitarra, loops, composición y voz. En esta ocasión estarán acompañados por las guitarras de Ariel Zarranz y Jorge Palacios.
“Venimos al Valle con dos objetivos”, anuncia Lorena al comienzo de un intercambio de mails con Diario RÍO NEGRO, mientras esperaba el vuelo hacia la Argentina. “Uno es grabar ‘Passerelle’, nuestro segundo disco, en el estudio R.A.G., de Roca. Para la ocasión, invitamos a algunos músicos valletanos a compartir esta experiencia con nosotros. Estarán Mara Diniello (arpa), Jorge Palacios (guitarra), Mauricio Lusardi (piano), Matias Medus (charango), María Suárez (voz) y Ariel Zarranz (guitarra eléctrica)”.
Passerelle, dice Lorena, es un poco el fin de un ciclo, un ida y vuelta entre el noroeste argentino, donde empezó este proyecto, y Francia, donde maduró y tomó la forma que hoy tiene.
“En este proyecto mis dos casas porque cohabitan Francia y Argentina y espero que ‘Passerelle’, que en francés significa puente, sea el primero de otros tantos puentes que logremos crear con este proyecto”, se entusiasma. Y el otro objetivo es… “¡obviamente tocar!”.
La gira se terminará con un taller de grabación que será dictado por Jonathan Haessler, baterista del trío, en el estudio del baterista roquense Leonardo Álvarez, el lunes, de 9 a 12.
De Roca a la música del mundo
Roquense del barrio Los Olmos, Lorena Zarranz cuenta que tomó entre sus manos una guitarra por primera vez a los diez años, que estudió en el viejo INSA, hoy IUPA, y que, a los 19 migró hacia Paraná tras las enseñanzas de un gran profesor. A los 25, otro maestro la llevó a Francia.
Música, docente, compositora, desde 2001 vive en Francia, más precisamente en Dambach la Ville, un pueblo a 40 kilómetros de Estrasburgo, en la provincia de Alsacia, muy cerca de la frontera con Alemania. Cuenta que lo que la llevó a emigrar fue la guitarra clásica y el deseo de estudiar con el gran maestro Pablo Márquez.
Pero eso fue solo el punto de partida. “Después, las oportunidades profesionales, la posibilidad de descubrir una cultura diferente, los encuentros con otros músicos y Sylvia, mi compañera desde hace 20 años, hicieron de Francia mi segundo lugar en el mundo. El primero siempre será Argentina”.
Folclore groovero
Se dice de la música de Lorena Zarranz Trío que es una música sensual, original; un folklore actual, groovero y atípico. Es decir: “La propuesta es innovadora gracias a la mistura que es super variada. Desde la composición, partí de las coplas y las mezclé con elementos musicales que vienen del jazz, del rock, de las músicas populares argentinas y de otros lares (Balcanes, África del Norte, etc.)”, resume Lorena. “Al mismo tiempo, busqué cuidar el sonido acústico de nuestros instrumentos y la esencia atemporal de las coplas”.
Para ella, la copla fue una vivencia que cambió su relación con la música. “Detrás de una simpleza aparente, en cada copla hay todo un mundo por descubrir, un paisaje, una cultura, una idiosincrasia que se puede vivir a través de la copla. Y este formato me dejó un espacio enorme para poder misturar la copla con tantos otros géneros que me acompañan y que me han construido como música”. El resultado es lo que Lorena llama “nueva copla”, cuya importancia fue decisiva ya que “a través de ella pude descubrir mi voz”.
El camino recorrido por Lorena Zarranz desde sus años formativos en Roca hasta la actualidad, luego de más de dos décadas en Francia, es un largo camino lleno de músicas diversas y complementarias. Desde la música clásica, pasando por la música popular de Brasil y de Argentina, hasta el jazz y la world music. “Todo ha dejado una huella en mí, todo me ha nutrido. Irme a Francia me permitió crecer como música, acceder a otras culturas, conocer músicos de otros países, con otras influencias. Pero, sobre todo, me permitió reinventarme, hacer una música completamente diferente del repertorio de guitarra clásica y asumir esta búsqueda más personal y que siento que me representa mejor”.