Apenas doce días después de haber perdido a su hija Juanita Sirimarco tras su regreso del viaje de estudios de Córdoba, su mamá Claudia Díaz y su madrina Nancy Chávez presentaron al presidente de la Cámara de Diputados de Misiones, Oscar Herrera Ahuad, un proyecto de ley para que se implemente un protocolo de agencias de viajes estudiantiles.
Según fuentes consultadas por PRIMERA EDICIÓN, en función de los tiempos legislativos (solo queda una sesión este año), el proyecto de “Ley Juanita” será tratado el próximo año pero desde el Poder Ejecutivo analizan implementar por resolución o decreto los principales ejes del proyecto.
La contadora Nancy Chávez habló con FM 89.3 Santa María de las Misiones y canal 9 Norte Misionero sobre este proyecto de ley que busca que los viajes escolares sean todos de estudios, con protocolos y exigencias definidos por normas.
“Las normas de turismo estudiantil tienen vacíos legales, donde no hay una exigencia en protocolos, plan de contingencia, capacitación de las personas que van como responsables. Como por suerte casi nunca pasaban cosas, no se visualizaba esa situación”, indicó Chávez.
Insistió en que las salidas de los alumnos “siempre sean de estudio, quiere decir que siempre exista la responsabilidad de la escuela en conjunto con la empresa y los padres. Son tres factores importantes que tienen que ejercer el control. Todos deben ejercer el control. Esto es un proceso de concientización, debemos ser conscientes de los riesgos. En esta sumatoria de responsabilidad nos dará un marco de seguridad para nuestros chicos”.
En el proyecto de ley “se habla de programa para viajes de estudio, que contengan área social, conocimiento regional, el valor de los recursos naturales, está involucrado el Ministerio de Educación; como se refiere a los controles y exigencias a las empresas en el cumplimiento de los protocolos, se involucró el Ministerio de Turismo; también la Subsecretaría de Transportes, por eso es transversal a la estructura del Estado”, explicó Chávez.
El conjunto de propuestas surgió de la lamentable experiencia de Juanita Sirimarco, su ahijada: “Con esto fuimos viendo el proceso que vivió Juanita, que fue terrorífico. Lo que esta criatura hija de Dios padeció todo el trayecto de vuelta, es lo que nos hizo detectar todas las falencias y las plasmamos en una ley para que, no solo el área pública sino también las escuelas privadas, exijan herramientas de control para darles seguridad a nuestros chicos”, sostuvo la madrina de la niña.
Nancy aseveró: “Es una necesidad que tiene toda la población porque todos tenemos parientes, amigos, hijos, nietos en edad escolar y hay una preocupación a raíz de lo que pasó con Juanita. Todos tenemos la responsabilidad de poner nuestro granito de arena para que esto nunca más vuelva a ocurrir”.
Ante los vacíos legales que las movilizó, Nancy Chávez sostuvo que “si existen protocolos es porque una empresa los quiso aplicar, pero no por las exigencias de cumplirlos. Eso sucedió en el caso de Juanita porque no había un protocolo. No había equipamiento dentro del colectivo para detectar si le faltaba oxígeno, cómo estaba su presión y ella estaba muy mal en esos dos aspectos. Solo un termómetro no alcanza”.
Reiteró que “la gravedad del caso de Juanita requería una atención inmediata en un centro de salud y acá se minimizó, tal vez por desconocimiento, falta de capacitación o un criterio. Nadie tuvo dos dedos de frente para ver que una criatura que devolvió más de tres veces requiere una hidratación inmediata. Todos los padres lo sabemos, nos inquietamos cuando nuestros hijos atraviesan ese cuadro y acá se dejó pasar”.
La madrina de la abanderada del ICRA advirtió que “pasaron muchísimas horas en las que debería haber recibido Juanita una atención inmediata. Por eso decimos en la propuesta que deben existir planes de contingencia, con geolocalización de centros de salud que existan en todo el trayecto de un viaje”.
También apuntó a que “las personas que van como responsables en un colectivo (docentes, padres, coordinadores) deben estar capacitadas. Desde el Estado tenemos que certificar que son cursos teórico-prácticos que dictan lo que hay que conocer como herramientas para, ante una situación de alarma, no se le de un medicamento de un médico por teléfono. Es un horror medicar a una criatura sin comunicación con los padres”.
Finalmente Nancy exigió: “Tiene que haber comunicación constante, porque es su derecho frente a un niño menor para protegerlo”.
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