La primera noticia policial de 2024 tuvo nombre y apellido: Patricio Ruiz Díaz (45).
Aprovechando los festejos de Año Nuevo, «El Señor Fusil»– como lo bautizó la Policía- logró escaparse de la cárcel federal de Güemes (Salta) cortando alambrados perimetrales y con una escalera estratégicamente colocada
La fuga fue un escándalo y enfureció a la flamante Ministra de Seguridad de la Nación Patricia Bullrich, al punto de que rápidamente se anunció una recompensa de tres millones de pesos para quien brindara información que permitiera recapturarlo.
Se sabe, la plata afloja la lengua. Y esto es lo que ocurrió el 28 de junio pasado cuando el Programa Nacional de Recompensas recibió un denuncia clave: «El Seños Fusil» – conocido también como «El Bocón»- estaba viviendo en Maquinista Savio (Pilar), vendía celulares robados con su hijo, se había hecho cirugías estéticas para modificar su rostro y, lo más sorprendente… no se llamaba Patricio Ruiz Díaz sino Cristian Máximo Ruiz Diaz: estaba usando la identidad de uno de sus hermanos.
Aunque parezca increible
Recompensa por datos sobre «El Señor Fusil».Aunque fue detenido en 2019 como Patricio Ruiz Díaz (DNI 26.827.404) acusado de ser jefe de una banda narco que operaba en la zona norte del conurbano bonaerense, a la que se le habían secuestrado casi una tonelada de marihuana, 12 kilos de cocaína y un arsenal con varios fusiles…Aunque en marzo de 2022 el Tribunal Oral Federal 1 de San Martín lo condenó con esa identidad (en juicio abreviado) a 6 años de prisión por los delitos de «tráfico de estupefacientes en su modalidad de transporte y almacenamiento, acopio ilegítimo de arma de fuego y municiones»…Aunque con ese DNI pasó por cinco cárceles federales…»El Señor Fusil» sorteó todas estas instancias camuflado. Nunca se llamó Patricio Ruiz Díaz. Esa es la identidad de su hermano mayor, mecánico sin antecedentes penales, cuyo DNI usó durante años sin que nadie lo notara. Si el hermano fue cómplice de esta maniobra aún está bajo investigación.
La ficha de Patricio Ruiz Díaz, ahora en cuestion.El dato asombró a todos, pero como «El Señor Fusil» ya había usado varias identidades falsas en su vida (Cristian Bayo, Cristian Ruiz Díaz, Sergio Gabriel Oscar Silva Luque) el fiscal federal Carlos Amad decidió hacer un cotejo con de huellas dactilares del Registro Nacional de las Personas (RENAPER).
Se compararon las fichas dactilares que le habían tomado en el penal de Salta con las que constaban en el RENAPER. Y la verdad se abrió paso: El «busca recompensas» tenía razón, las huellas del preso fugado se correspondían con las de Cristian Ruiz Díaz (43 años) y no con Patricio Ruiz Díaz (46 años).
El pulgar de Cristian Ruiz Diaz (izq) fue comparado con el de su hermano Patricio (der).También, tal cual había dicho el «denunciante anónimo», el prófugo se estaba escondiendo en Pilar -donde logro escaparse a los tiros de Gendarmería a mediados de año- y todo indica que llegó a hacerse varias cirugías estéticas.
Para un preso, manejarse dentro del sistema con más de una identidad tiene un beneficio claro: rotando los nombre se logra repartir las condenas y así evitar la declaración de reincidencia, condición que agrava el computo de la pena.
La dos versiones del «Señor Fusil», según un informe reservado.
La vida del «bocón»
Con siete hermanos, no reconocido legalmente por su padre -con el que sí tuvo siempre relación-, creció en el partido de Escobar en una familia sin antecedentes penales. Su madre era ama de casa y su padre tenía un pool y se dedicaba a la compraventa de autos. Con él trabajó de joven luego de un breve primer empleo como personal de limpieza de un circo.
Tal vez como estrategia judicial, su esposa lo describió como alguien controlador y violento, al punto de dejarla estudiar Derecho solo si la llevaba y la traía de la facultad personalmente. Cuando ella lo conoció (ella con 15 años, él con 30), Ruiz Díaz era camionero pero luego se relacionó con el mundo de la droga, e incluso se hizo adicto. Eso sí, comenzó a ganar dinero, adquirió dos camiones y compró un Audi A1 en efectivo, dato clave en su posterior condena por lavado de dinero.
Detenido el 7 de mayo de 2019, la Policía bonaerense lo bautizó como «Señor Fusil» por el arsenal que se encontró en su casa de Ingeniero Maschwitz, que incluía un fusil semiautomático marca Colt AR-15 calibre 5.56, un FAL calibre 7.62, una ametralladora marca Pam calibre 9 milímetros, dos escopetas y cuatro pistolas. Pero en realidad el apodo de Patricio Ruiz Díaz era menos pomposo. Le dicen «El Bocón».
«El Señor Fusil», protagonista de una increíble fuga en Salta para Año Nuevo.Tras su detención -en un operativo en el que se secuestró casi una tonelada de marihuana-, Ruiz Díaz tuvo un breve paso por el Complejo Penitenciario de Ezeiza y también por el de Marcos Paz, donde denunció haber sido golpeado.
Llegó a Devoto el 6 de noviembre del 2020 y allí cosechó informes penitenciarios excelentes, casi demasiado buenos para ser reales. En este penal comenzó la primaria y trabajó en el taller de armado de juegos didácticos. Su conducta siempre fue calificada como «ejemplar 10».
Esos informes -y la carta enviada a los jueces en la que dice que se alejaría de su familia «en pos de poder demostrar una conducta que a la postre se valore para poder acceder a mi libertad ambulatoria»- le aseguraron un pasaje a la unidad 35 de Santiago del Estero, donde sufrió el calor pero las posibilidades de escapar eran más concretas.
La carta manuscrita del «Señor Fusil» con la que planeó su fuga en Año Nuevo de una cárcel de Salta.Esa cárcel es categoría C (seguridad media) al igual que la de Salta, de la que se terminó fugando en Año Nuevo por un sector bautizado por los penitenciarios como «tierra de nadie».
El 4 de noviembre de 2022, Ruiz Díaz partió de Devoto para el complejo de Colonia Pinto, en Santiago del Estero, como había solicitado. Era un pesado, pero pocos lo sabían. Había logrado mantener el bajo perfil.
Al parecer, Santiago del Estero no fue tan permeable como esperaba, y «El Bocón» pidió ir a la Unidad 19 de Ezeiza (de régimen abierto y semi abierto) para «estar cerca de la familia», dijo. Pero le contestaron que no, por razones de seguridad.
Fue por entonces (marzo de 2023) que a la causa original a cargo del juez federal Adrián González Charvay llegó un anónimo que aseguraba que «El Señor Fusil» estaba planeando escaparse de la Unidad 35 de Colonia Pinto.
Los rumores de fuga derivaron en su traslado al Complejo Penitenciario III, más conocido como la cárcel de Güemes, en Salta, donde ingresó el 12 de junio de 2023.
Luego de cinco escalas (Ezeiza, Marcos Paz, Devoto, Santiago del Estero y Salta), Patricio Ruiz Díaz llegó a un lugar donde pudo concretar su plan: no el de estudiar y hacer buena conducta, como había escrito en su carta a los jueces, sino su verdadero plan, el de huir.
Lo raro es que -aunque no podía salir en libertad condicional porque lo habían condenado por lavado de dinero y la ley impide este beneficio- su condena vencía en mayo de 2025. Y le faltaban unos meses para poder hacer salidas diurnas.
Un detalle curioso: el 7 de diciembre anterior al escape, el abogado defensor del «Bocón» insistió en que debía permanecer alojado en Salta porque las autoridades de la unidad querían que lo sacaran de allí. Algo se olían. Y tenían razón.
SC