Tres hombres fueron acusados por la fiscalía a causa de la caza furtiva de animales de la fauna silvestre en un campo ubicado en la zona de Alicurá. Uno de los imputados es empleado de la empresa estatal neuquina Corfone y, a su vez, capataz del establecimiento donde ocurrió la cacería.
La acusación la efectuó el asistente de la fiscalía, Federico Gayos. A dos, por el delito de portación de arma de fuego de uso civil condicional – atenuada por ser el portador tenedor autorizado- y el delito de caza furtiva de animales de la fauna silvestre en campo ajeno sin la autorización correspondiente, en concurso real y en calidad de autor.
La fiscalía alegó que el 20 de marzo de 2024, a las seis de la tarde, E.R.D y D.A.M. portaban un arma de fuego de uso civil, mientras realizaban actividades de caza furtiva de animales de la fauna silvestre en el campo La Escondida, ubicado en ruta nacional 237. No contaban con el permiso habilitante ni la correspondiente autorización del establecimiento. Fueron un número indeterminado de animales de la especie ciervo colorado, encontrándose uno de los ejemplares sin la cabeza y el resto en bultos de bolsas de nylon que fuero hallados en una camioneta de la empresa Corfone SA.