La Justicia pampeana avanza en la investigación de la muerte de dos operarios santarroseños por inhalación de gases tóxicos en una boca de registro de cloacas y, a prima facie, cabría la figura del “doble homicidio culposo por violación de normas de cuidado”.
El fiscal Andrés Torino confirmó que “ambos ingresaron sin las medidas de protección a un lugar que representaba riesgo de vida” y sostuvo que por el momento la línea investigativa que se sigue es la del “homicidio culposo por violación de normas de cuidado”.
Dijo que es prematuro fijar responsabilidades. “Estamos trabajando en búsqueda de documentación y pedidos de información sobre la ejecución de la obra”, agregó.
Los dos trabajadores, Claudio Olgado y Ezequiel Iriarte, murieron el pasado martes 22, cuando realizaban una obra cloacal en la esquina de Jujuy y Río de la Plata, en el norte de Santa Rosa. Según se ha determinado, no contaban con máscaras de protección y los afectó un gas tóxico conocido como sulfuro de hidrógeno.
Los investigadores, hasta el momento, han determinado que Olgado bajó al sistema cloacal y se mareó por los gases tóxicos. Su compañero Ezequiel Iriarte intentó rescatarlo, pero también fue afectado por esos gases.
Un bombero que intentó rescatarlos fue hospitalizado porque cuando bajó se le desplazó accidentalmente la mascarilla de protección y aspiró los gases tóxicos. Había sido dado de alta, se descompensó y volvió a ser internado. Pero en las últimas horas fue dado de alta nuevamente.
La autopsia a Olgado arrojó que murió por “anoxia cerebral, insuficiencia respiratoria y asfixia por inhalación de sulfuro de hidrógeno”. Lo mismo para Iriarte.
El pasado viernes, técnicos de la Agencia de Investigación Científica, policías y fiscales realizaron tareas con reactivos para medir el grado de toxicidad de la boca de registro de la esquina de Jujuy y Río de la Plata. En las mediciones dio positivo la muestra para ácido sulfúrico. En tanto, no encontraron rastros ni de cianuro ni de amoníaco.
El sábado último, en tanto, familiares de los fallecidos marcharon por el centro de Santa Rosa. “Queremos justicia. Esto no puede quedar así: hay responsables”, dijo Diego Olgado, el padre de Claudio. “Mi marido dejó un nene de 2 años”, contó, en tanto, Cecilia, la esposa de Ezequiel.