Siguiendo los ideales de San Francisco de Asis, fray Luis Emilio, de la orden de los Frailes Menores Capuchinos, decidió viajar al santuario de primates Proyecto Carayá de La Cumbre para dejar su bendición a los animales que están resguardados en ese lugar.
Según se detalla en El Doce, la palabra “Capuchino” proviene del italiano “cappuccio”, que hace referencia al hábito con capucha que usan estos monjes. Y justamente, una de las especies que se preservan en el santuario son los monos capuchinos.
María Alejandra Juárez, directora del Proyecto Carayá, compartió su conexión con estos ideales: “San Francisco de Asís me inspiró siempre y diría que me ayudó con los animales”.