Fue en Santa Clara al Sur, alrededor de 2.30 de la mañana de este viernes. Cinco hombres armados entraron a las dos casas, ataron a todos y los desvalijaron.
Los ladrones eran cinco e ingresaron al country Santa Clara al Sur, en San Vicente, cerca de las dos de la madrugada del viernes. Tuvieron más de 110 opciones de casas para entrar a robar. Pero eligieron dos. Maniataron a sus víctimas y mediante amenazas se llevaron dólares, pesos, joyas y electrodomésticos. Una mujer sufrió una crisis de nervios y fue trasladada al hospital local.
Pero lo atípico en este tipo de robos es lo que sucedió después: desde las 3:20 de la madrugada, y hasta cerca del mediodía, la Policía de San Vicente y la agencia de seguridad a cargo patrullaron el barrio en busca de los ladrones. «Creemos que están adentro. Ni la Policía Bonaerense ni la seguridad privada nos aseguran que se hayan ido», contó un vecino a primera hora del día.
Mientras que Ezequiel, uno de los damnificados, detalló: «A las 2.30 de la mañana, mientras dormíamos, entraron 5 tipos armados. Por suerte estamos bien. Fue un momento de mierda».
Santa Clara al Sur es uno de los barrios cerrados más grandes de San Vicente. Tiene 7 etapas y 1812 lotes. Además de las más de 110 familias ya instaladas, el 60 por ciento de los lotes restantes se encuentran en construcción. Este viernes, durante el operativo para encontrar a la banda, el barrio continuó con su movimiento habitual.
«La seguridad privada y la Policía deberían haber cerrado el barrio y no dejar ingresar a nadie, rastrillar el barrio y censar a la gente. Sin embargo, dejaron entrar a partir de las 7 de la mañana a todo el personal y a los trabajadores de la construcción. Pareciera que están encubriendo a los chorros», se quejó otra vecina.
Aunque en el robo de Santa Clara al Sur los ladrones podrían haber ingresado por los fondos. Esa es la sospecha de la mayoría de los vecinos. «No está terminado el cerco perimetral, no hay garitas de altura, las cámaras de seguridad no funcionan y hay un sólo móvil de seguridad interna. Nos aumentaron 50 por ciento las expensas pero los avances en materia de seguridad van muy relegados en comparación al crecimiento poblacional del barrio», denunció un vecino. El desarrollador del barrio es el grupo Caputo Hermanos SA.
Y el vecino agregó: «El cerco perimetral de seguridad no está finalizado. Ese sería el punto ciego. La Policía cree que ingresaron por ahí. Tiene partes que son una invitación permanente al choreo. La seguridad privada tampoco da abasto a cubrir un barrio tan grande. Salimos de la ciudad para venir a vivir a un lugar tranquilo, pero como en todo el país, nadie se salva de estos hechos. Nos están boludeando hace meses. El intendente Nicolás Mantengazza nos aumentó 400 por ciento el impuesto inmobiliario».
La modalidad más común en este tipo de robos a viviendas privadas es la del «escruche»: ladrones que ingresan a las casas cuando sus dueños no están. La tendencia comenzó a cambiar a partir de la creencia de que las víctimas eligen escondites cada vez más sofisticados para guardar sus ahorros y joyas. Por eso ahora las bandas optan por casas en las que se encuentran sus dueños y amenazarlos con armas para que les entreguen todo. A pesar de que, en caso de ser detenidos, las penas serán más altas.
PS