A los 54 años de edad, Antonio Birabent está feliz con haber descubierto nuevos caminos para canalizar su creatividad. Sacó su primer libro de cuentos (Tres) y un álbum completamente diferente a los ¡27! que hizo antes (Cuerdas). Además, puso fin a una pausa de dos años en su carrera como actor.
Sin haber pasado por ninguna banda previamente, es solista desde su primer disco, en 1994. Sin embargo en los últimos años armó varios proyectos en conjunto, por ejemplo un trabajo junto a su padre, Moris (La última montaña), Las Lenguas Muertas con Ariel Minimal Sanzo, y Flores en Versailles con Marcelo Filippo.
-Siento que a veces estoy más cómodo en lo imprevisto. Me siento más real haciendo cosas que escapan un poco de lo habitual. Son proyectos que hago en principio porque me gusta y después también me gusta esto de que no sean tan convencionales.
-Te sacan de la rutina de hacer un disco solista por año.
-Claro. E me ha llevado a hacer muchos más discos de lo que hubiera hecho si me hubiera cuadrado en “Cada dos años saco un disco, entre comillas, normal”. Creo que si melodizás poetas, como fue el caso de Oficio juglar (2018), no cantás como si la letra fuera tuya. Y si componés un disco con otro, tampoco estás en tu mundo y estás adaptándote. Fueron trabajos de adaptación, porque no eran lo que venía haciendo.
-Tu último disco «normal» fue «El interior del volcán», en 2020, pero tampoco era tan normal.
-Lo grabé entero en mi casa en pandemia y no tuvo una presentación formal. Tampoco fue tan normal porque me tomé el atrevimiento de grabar todo yo, y hacerlo íntegramente en mi casa, que no lo hacía desde Azar, hace 25 años.
Un disco con cuerdas
El flamante y exquisito disco Cuerdas es otra de las rarezas en la discografía de Antonio Birabent, que canta solamente acompañado por un quinteto de viola, dos violines, chelo y contrabajo
Siendo muy minucioso, no es la primera vez que graba con una orquesta, ya que en los años ’90 cantó Melodía de arrabal en el Teatro Cervantes junto a la orquesta, para un homenaje a Gardel.
«En estos últimos años -agrega- he participado en homenajes donde ha habido orquesta, y eso me colocó en una situación de cantante tradicional, tipo crooner, que canta con una sonoridad antigua. El planes de este año es poder presentarlo lo máximo posible en ese formato y en formatos también más amplios, porque es un proyecto hermoso para cantar».
-¿Cómo se te ocurrió regrabar temas tuyos con cuerdas?
-La verdad es que la idea fue de Víctor Volpe, con quien hicimos muchos discos juntos, un montón. Hace un par de años me dijo, “Che, se me ocurrió esto: ¿por qué no agarramos diez canciones que hemos hecho juntos y las reinterpretamos para quinteto de cuerdas?”.
-¿Te costó escucharte tan despojado?
-En un momento evaluamos cantar en vivo con la orquesta, pero nos dimos cuenta que nos iba a sacar más de lo que nos iba a dar. El dueño de ION estaba contento con el sonido, porque lo hicimos con los micrófonos y el sistema de la época de los Beatles.
Un detalle es que fui a la grabación de la orquesta y mientras ellos tocaban yo iba canturreando, para después poder tener eso en la memoria y cantar sabiendo cómo habían tocado. No había batería ni clic, así q ue fue un gran aprendizaje.
El libro «Tres»
Un año atrás en la Feria del Libro, Birabent presentó su primer libro de cuentos, titulado Tres, en referencia a los textos que están muy vinculados a su padre y su hijo.
«Este mundo de la escritura -dice- creo que me va a acompañar mucho tiempo. Tal vez siempre. Siento que es una actividad que tiene otro tiempo y otra demanda. Y si bien por ahora todo lo que escribo en este primer libro es corto, lo que estoy escribiendo ahora es bastante más largo. Si todo va bien, en 2024 va a salir un nuevo libro».
Y agrega: «Tres es un libro entre familiar y observador urbano, dos cosas que me gustan, pero abrí la puerta y empecé a canalizar tal vez lo que siempre tuvo mi, que es escribir textos de ficción, sin nada autobiográfico. Estoy muy entusiasmado».
Volver a la actuación
Según Antonio, «Hasta el año pasado me había auto retirado de la actuación. Había estado dos años sin actuar. Pero el año pasado me dije ‘Vuelvo ahora o no vuelvo más’, y trabajé en tres series y una película, aunque nada de eso se ha estrenado».
Se refiere a la segunda parte de Iosi, la segunda temporada de Días de Gallos, una serie de Paramount con Landia, y una película que filmó en Bariloche junto a Elena Roger.
«Me gustaría este año volver a actuar,» remata.
Más proyectos
Hace seis meses que Birabent no toca con Ariel Minimal en el grupo Las Lenguas Muertas, pero no le preocupa: «Los dos siempre supimos que era una banda rara y cuando se dé, vamos a tocar».
-¿Tenías presente que pronto se cumplen 30 años de su primer álbum?
-Alguien me lo dijo hace poco, así que voy a regrabar algún tema como homenaje. Ya reservé estudio para hacer eso y una canción nueva que escribí para Palo Pandolfo. Será un simple con esos dos temas.
-No lo busqué, pero hice muchas cosas para que sucediera. No es que dije “Quiero ser solista, grabar discos y dedicarme a esto”. Pero si estoy parado acá no es por casualidad. Me acuerdo mucho de la grabación de aquel primer disco, que se hizo en el estudio de Soda, con Carlos Narea como productor. Eran otras épocas, porque fuimos a mezclar a Madrid y las grabaciones todavía eran a cinta.
Me acuerdo que Narea me enseñó un sistema para elegir voces. Modestamente, lo aprendí y soy bueno eligiendo la mejor parte de cada toma, tanto mía como de los demás. Es un ajedrez vocal que me encanta.
-Disfrutás del tiempo libre pero te tira más la productividad, ¿no?
-Sí. Estar sin hacer nada se me vuelve en contra. Por eso creo que he hecho tantas cosas en la música, la actuación, la radio y la escritura. Lo bueno de escribir, en particular, es parar un poco el tiempo. Es producir en una cápsula y está bueno ahora que el entorno está muy feo.
MFB