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Estuvo 12 años prófugo y lo atraparon cuando fue a hacer un trámite: cayó “El Orejón”, buscado por un crimen

En septiembre de 2016, un comando de Gendarmería allanó la Villa 1-11-14 en el Bajo Flores, más precisamente el sector de la avenida Riestra, cercano a la cancha de San Lorenzo, las manzanas 26, 9A y 9B. El territorio, históricamente, está controlado por traficantes paraguayos. Allí, encontraron marihuana, cocaína, un par de armas. En paralelo, otro comando se dirigió a Laferrere con una orden de arresto explícita, firmada por el entonces juez federal Sergio Torres. Allí, detuvieron a un histórico de la zona: Roberto Cardozo, alias “El Orejón”, apodado sin mucha imaginación por el mundo del hampa, nacido en Argentina, ex empleado de una empresa dedicada a la panadería, hoy de 34 años de edad. Se lo llevaron, básicamente, por vender estupefacientes. Terminó condenado por ese delito, con tres años en una jaula del Servicio Penitenciario Federal. Trabajó en el penal por el sueldo tumbero y cobró sus aportes desde diciembre de 2017 a diciembre de 2020. Luego, salió.

Esa acusación no era la única que pesaba en su contra.

Este viernes por la mañana, “El Orejón” tal vez aprendió que las viejas facturas siempre se pagan: fue arrestado en la calle Alsina al 1400 por detectives de la División Homicidios de la PFA -que depende de la Superintendencia de Investigaciones Federales- bajo las órdenes del juez Martín Peluso, por un crimen cometido en la Villa 1-11-14 el 31 de marzo de 2011, doce años atrás.

Germán Martínez, de 43 años, nacido en Paraguay, fue asesinado a tiros, precisamente en la manzana 9. María Magdalena Vivero Garcete, también paraguaya, resultó gravemente herida: una ambulancia que llegó a tiempo le salvó la vida. El motivo no sorprende: Martínez y su pareja fueron asesinados por el control de la parada narco de la zona. Hubo un primer imputado por el crimen, Jorge Ferreira. Fue identificado rápidamente, con un pedido de captura internacional emitido seis meses después del crimen. Fue arrestado en Paraguay en septiembre de 2021.

Sin embargo, el rol de “El Orejón” en el hecho no se conocía: fue identificado por los investigadores en 2022. La clave para encontrarlo estuvo en su mención en otras causas penales, un cruce de información, precisamente, su condena por drogas que lo llevó a prisión.

Primero se libró un exhorto para detenerlo en una domicilio de Rafael Castillo, su domicilio fiscal. No fue encontrado allí. “Tal vez, estaba avivado”, sospecha un detective del caso, al menos suspicaz. Entonces, la División Homicidios redireccionó las tareas. Una pista surgió en Monserrat.

Así, lo rastrearon, lo esperaron en la zona de Monserrat, en un departamento donde vivía, y lo detuvieron. El mate cocido que había preparado minutos antes todavía estaba caliente en la mesa.

Fuente Infobae